El Unicaja sólo ha perdido un partido de ACB en los dos últimos meses. La derrota ante el UCAM Murcia en Málaga supuso una raya en el suelo, con pitos y amago de bronca. Después se compitió en el Palau sin poder conquistar el triunfo. Desde entonces, pulgada a pulgada, el equipo de Joan Plaza ha ido mejorando su rendimiento hasta acumular siete victorias en ocho partidos. Sólo se cayó en un partido ante el Movistar Estudiantes que se tuvo bajo control durante tres cuartos pero que se escapó con malas decisiones en el último.

El Unicaja ha recuperado esencias en estas últimas semanas. Con el esfuerzo defensivo como base. El equipo se ha colocado como la tercera mejor de toda la ACB, sólo superado por Barcelona y Valencia. 74.3 puntos recibe en toda la Liga el equipo de Plaza, mejorado a 71.7 en esta racha de ocho partidos productivos. Es cierto que ha sido un tramo de calendario accesible, pero ante los mismos rivales en la primera vuelta el 7-1 que se ha firmado fue un 3-5 y con dolorísimas derrotas en Bilbao o Las Palmas, donde se encajó la peor derrota en ACB desde 1987. Se cayó a unos mínimos que ahora se han revitalizado.

La capacidad para ganar en diferentes registros da también un síntoma de madurez. Tardía respecto a lo que esperaba Plaza, pero que es reseñable. Igual se ha ganado con un rival en 56 puntos como el Baskonia que contra otro que hizo 87 como el Gran Canaria, por decir los dos teóricos mejores en esta secuencia. Se ha vuelto a ganar a equipos de zona play off. En la primera vuelta sólo se consiguió ante el Fuenlabrada de los que jugaron la Copa del Rey (1-6). Ahora, con duelos pendientes ante Valencia y Real Madrid en el Carpena, ya se derrotó a baskonistas, canarios y Bilbao de los situados entre los ocho mejores (3-2). En esta buena racha se ha pasado de 77.8 puntos a 80.6 por encuentro a favor.

En esta remontada han jugado un papel importante los temporeros, sobre todo Cooley y Hayes, que han dado frescura mental a un equipo que se encontraba alicaído moralmente. Del trípode que sustentaba al equipo al inicio de temporada, formado por Thomas, Markovic y Kuzminskas sólo ha aguantado el ala-pívot de Baltimore en su rol, potenciado aún más en este tramo. Su aportación en los ocho últimos partidos es tremenda. El serbio se lesionó y el lituano, con intermitencias a su mejor nivel, parece tener la cabeza en dónde jugará la próxima temporada. La pareja de bases, Díaz y Nelson, ha sabido interpretar lo que quiere Plaza, por más que sea una posición manifiestamente mejorable. Se celebra la consagración de Alberto en el primer equipo, en el que debería estar la próxima década, pero a día de hoy no debería ser el base titular. Y Nelson, limitadísimo en ataque, sí da los mínimos que pide el entrenador en asuntos defensivos. Con un Markovic sano, no obstante, se vería un panorama muy distinto.

Quedan cuatro partidos en los que consolidar el sexto puesto, que prácticamente garantizaría un puesto en la Eurocup (a expensas del acuerdo al que puedan llegar Euroliga y FIBA en las negociaciones que comienzan hoy) y que permite fantasear con un duelo con un Valencia que dibuja una curva descendente de rendimiento en los últimos meses. Con dos victorias más (se recibe a Madrid y Valencia y se visita a un Gipuzkoa probablemente ya descendido y a Obradoiro) se obligaría al Fuenlabrada a un pleno para rebasarle. Con tres, estaría hecho ese sexte puesto. Superar al Gran Canaria, quinto con dos victorias más el average, se antoja bastante improbable.

El Unicaja ha mudado la piel, es capaz de competir y ganar en registros distintos. Básicamente, lo que se le pedía.