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El filial encuentra un camino

  • Pese a perder 2-1 en Castalia, el gol a domicilio le mantiene vivo La puesta en escena fue un horror, pero el buen juego de la segunda mitad alienta las opciones de remontada

Al Atlético Malagueño le sobraron los primeros 25 minutos o le faltaron diez más para haber tenido un mejor resultado para la vuelta. Tenía un negro panorama al descanso y regresó con una esperanza fundada. Todo gracias al gol de Mula, que redujo un abismo a centímetros. Del 2-0 al 2-1 hay un segmento infinito de sensaciones. La eliminatoria perdida, el miedo en el cuerpo de los albinegros, la moraleja de que el Malagueño puede ser mejor equipo que el Castellón y la de que la puntería es lo único que importa en estas series a vida o muerte. Sin sensaciones predominantes clara, lo cierto es que la vuelta en La Rosaleda promete mucha emoción.

Lo realmente importante es que el equipo de Manel Ruano encontró el camino al triunfo. Lo hizo, además, cuando se veía con casi todo perdido, cuando a los 25 minutos la eliminatoria era un muro muy empinado. Ebwelle, un puñal muy activo, marcó un doblete aprovechando un par de rebotes en dos balances defensivos bastante pobres del Atlético Malagueño. Ni presión de la grada, ni la historia castellonense; dos lagunas dieron una ventaja evidente a los locales. Quizá demasiado para hacer una buena digestión de ella; o sería cuestión de que los blanquiazules se vieron con todo perdido y por ello dieron un paso adelante. En cualquier caso, la consecuencia fue que el paso por el descanso trajo un panorama mucho más halagüeño. La posesión de la primera mitad había sido artificial; la del segundo tiempo valió para asomarse más al área de Álvaro Campos. Cuatro saques de esquina consecutivos y muy cerrados fue lo más peligroso del Castellón en todo ese tiempo. Sin embargo, los de Ruano avisaron bien. Nesyri, como Ebwelle, hizo daño por la izquierda y con su movilidad. En cuatro minutos disfrutó de dos ocasiones en las que le faltó puntería. Pero entonces llegó la acción de Kuki Zalazar que acabó con la bola en la frontal para Mula. El canterano golpeó con fortuna, pues su tiro tocó en un central y despistó al portero. Se hacía justicia al paso al frente dado por el Malagueño.

Si ya se veía miedosos a los jugadores de Kiko Ramírez, el 2-1 les dejó groguis. No se conformó el Malagueño con un resultado que ya era bueno para como se había puesto la tarde, siguió metiendo carne en el asador en busca de un valioso empate. La acción pudo haber llegado en un tiro de Ontiveros a cinco minutos del final que el meta local pudo puntear a saque de esquina.

Tocará remontar, aunque un solo gol valdría para acceder a la última eliminatoria de ascenso. La enseñanza para el Malagueño está clara: si sale como en la primera mitad, el precio a pagar puede ser carísimo; si tira de la fe que en tuvo tras el descanso, soñar con los ojos abiertos es una alta posibilidad.

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