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Los Juegos del zika

  • El temor al contagio del virus va descartando nombres ilustres en la cita de Río, entre voves a favor y en contra

El temor al contagio del zika, enfermedad que ha encendido las luces de alerta sanitaria en el mundo debido a su propagación a 36 países, principalmente de América Latina, sigue descartando nombres ilustres a la lista de 10.500 deportistas que se esperan en Río de Janeiro para los Juegos de este verano.

Siete golfistas, un saltador y un ciclista de primer nivel, entre otros, renunciaron a la cita olímpica, que transcurrirá entre el 5 y el 21 de agosto. Y entre el temor y la duda permanece la, en tre otros, tenistas como la estadounidense Serena Williams o el checo Tomas Berdych, la nadadora española Mireia Belmonte o figuras del fútbol femenino y la lucha.

Aunque otros tienen posiciones diferentes, lo cierto es que el zika, también conocido como ZIKAV o ZIKV, no es un asunto que deje a indiferente a nadie en el mundillo del deporte. Después de pensárselo mucho, Pau Gasol anunció hace poco que acudirá a Río, porque su compromiso con la selección "es más grande que el temor a lo que pueda pasar".

Sin embargo, participar en unos Juegos "sin importar en qué lugar del mundo se disputen" y respetar "las razones personales" de los que han renunciado son las consignas de Roger Federer. En la misma línea piensa el británico Andy Murray, quien tras consultar a su médico se ratificó en "ir a Río y competir".

El velocista jamaicano Kemar Bailey-Cole, campeón olímpico en relevos 4x100 en Londres 2012 y mundial en Moscú 2013, en ambos casos junto a Usain Bolt, no ha necesitado plantearse si va o no o si teme al virus zika. Él lo padece, según anunció el pasado sábado, y aún así no renuncia a participar. "No es fácil recuperarse, porque todavía tengo erupciones en el cuerpo. Me duelen los ojos, pero lo bueno es que por el momento no siento ninguna molestia muscular", declaró.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que "es mínimo" el riesgo de contagio en el caso de deportistas, delegaciones y turistas, lo cierto es que aún resuena el eco de la petición de suspensión, cancelación o traslado de los Juegos realizada por 150 científicos por considerar acelerarían la expansión del virus. El zika, que se puede transmitir por vía sexual y contra el que no existe vacuna o tratamiento específico, es una potencial amenaza para las mujeres embarazadas, cuyo feto puede sufrir malformaciones neurológicas. Y es ésta la poderosa razón que ha causado las principales bajas.

Es el caso del australiano Jason Day, número uno del golf, quien justificó su renuncia por el temor a "los riesgos potenciales" que podría provocar a su esposa en futuros embarazos. El mazazo sentido con la renuncia de Day en la organización de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica confirmó que sigue con fuerza el efecto dominó entre deportistas que no quieren ser la próxima víctima del virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo vector del dengue.

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