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Sigue la racha francesa

  • Calmejane logró la segunda victoria gala consecutiva en la inédita cima de San Andrés de Teixido, tras un ataque en solitario El colombiano Atapuma se enfundó el 'maillot' de líder

Lilian Calmejane (Direct Energie) logró la segunda victoria francesa consecutiva en la Vuelta a España tras una apuesta en solitario que le permitió levantar los brazos en la inédita cima de San Andrés de Teixido, donde el colombiano Darwin Atapuma se enfundó el maillot rojo.

Calmejane, un neófito anónimo de 23 años, buen escalador como demostró ganando carreras siendo amateur, fue el más poderoso dentro del grupo de 20 escapados que animaron una etapa en la que Movistar no pudo retener el jersey de líder de Rubén Fernández, que fue a parar a las espaldas de Atapuma, que cruzó la meta a 15 segundos del ganador de la etapa en una jornada en la que los favoritos pasaron página empatados. No hubo ataques, nadie se despegó del grupo principal y llegaron todos con un retraso de 2.06 minutos.

El Puma colombiano, de 28 años, noveno en el Giro de Italia y ganador de una etapa en la Vuelta a Suiza, vivirá el "sueño de ser líder" en la quinta etapa, pero tratará de buscar algún triunfo parcial, su objetivo real en esta carrera. De momento, sin embargo, defenderá la prenda mágica con una ventaja de 29 segundos sobre Alejandro Valverde, 33 respecto a Chris Froome y 39 sobre el dúo de compatriotas Esteban Chaves-Nairo Quintana.

Del Mirador de Ézaro al de Vixía de Herbeira, en San Andrés de Teixido, lugar de peregrinaje donde según la leyenda "va de muerto quien no va de vivo". Es decir, que a este maravilloso lugar entre acantilados de la Sierra de Capelada todos deben ir alguna vez sí o sí. Y llegó la Vuelta en un día que ofrecía la segunda meta en alto de esta ronda española en apenas cuatro etapas.

El Movistar pidió al santo conservar el maillot rojo de Rubén Fernández. Se mostró generoso al permitir una fuga de 21 corredores nada peligrosos para la general. En ella se incrustó el belga De Gendt, un fijo en las escapadas del Tour, ganador de la mutilada etapa del Mont Ventoux el día que Froome se convirtió en maratoniano corriendo a pie.

De Gendt busca el jersey de la montaña y por eso coronó en cabeza los puertos intermedios de tercera de Serra Capela y Monte Caxado, al frente de una avanzadilla de 20 corredores en la que viajaban, entre otros, Calmejane, Atapuma, el checo Stybar y los españoles Madrazo y Rosón.

El Movistar tiró en cabeza toda la etapa para controlar la fuga, pero sin mucha fe, pues como dijo Valverde, "la responsabilidad de defender el liderato desgasta mucho". Esfuerzo estéril en los hombres de Unzué, que no lograron su propósito. Perdieron el liderato a la primera de cambio, por lo que Rubén Fernández, El escayolas, sólo saboreó la gloria por un día.

Aprovechó la circunstancia un anónimo ciclista galo que en categorías inferiores se codeó con profesionales en pruebas de montaña como el Tríptico Montes y Castillos. En su primer año en el Direct Energie jugó sus bazas a la hora de afrontar el ascenso a San Andrés de Teixido, un puerto de segunda categoría de poco más de 11 kilómetros de longitud al 4,8% de desnivel medio.

Saltó del grupo cabecero, abrió hueco y ya fue imposible echarle el guante. Calmejane resistió la reacción de Atapuma, que también buscaba l triunfo parcial, pero ese privilegio correspondió al ciclista galo. Valiente y descarado a la hora de decidir, tuvo tiempo para abrocharse el jersey y celebrar por todo lo alto su primera gran victoria profesional. Tuvo el honor de estrenar la inédita cima del municipio de Cedeira, donde se inmortalizó para siempre. Cumplió, y muy bien, con la leyenda del santo lugar de peregrinaje.

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