La decisión sobre la sede de la Copa del Rey 2017 es inminente. Las Palmas y Málaga cuentan con opciones una vez se consumó que Madrid se bajaba del tren. Estaba pactado el acuerdo para que la capital volviera a acoger la cita, pero se negó a cumplir las condiciones de la ACB. Málaga, como publicó este periódico, trabajaba para que en 2018 volviera al Carpena la competición más atractiva del baloncesto nacional, pero los acontecimientos se precipitaron.

Ayer hubo Asamblea de la ACB en Barcelona, pero no se trató el tema en profundidad. Sí que Madrid había dejado de ser una opción. En estos casos, los acuerdos se someten a la aprobación posterior de los clubes. Y no lo hay aún, pero urge porque hay que poner a la venta entradas y organizar la logística de una competición con muchas horas de trabajo detrás. Las Palmas fue sede en 2015 y Málaga en 2014, citas recientes. La ACB prefería seguir con la rotación, pero las circunstancias han propiciado esta situación. Aquí hay acuerdo entre las tres instituciones (Ayuntamiento, Junta y Diputación) para ir de la mano, pero se negocia la cantidad del canon, por encima del millón de euros, que se repartiría al 33.3%. Las Palmas pone más cantidad aunque Málaga cuenta con más simpatías entre la ACB y los clubes, pero la ACB pide más.

Para finales de semana hay previsto un cónclave entre las instituciones de Málaga y la ACB para acordar o posponer. También está sobre el tapete la edición de 2018. En las instituciones malagueñas se veía en primera instancia como esta edición o la de 2019 como las ideales para espaciar respecto a 2014, última cita (2007 y 2001 anteriormente). Pero la posibilidad de tenerla ya ha seducido y en ello se trabaja, pero no a cualquier precio. Quedan flecos por negociar y en la recámara, posteriores ediciones.