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Candidato otra vez

  • El 'ejército' de Simeone disipa las dudas y evidencia que puede volver a luchar por el título continental

Diego Simeone alumbró hace cinco años un nuevo Atlético de Madrid, en el que las depresiones no duran más que unos días y en el que el optimismo ya es una forma de vida, como demostró el miércoles con su imponente golpe de autoridad ante el Bayern Múnich.

No todos los equipos se recuperan de dos finales de Liga de Campeones perdidas en tres años, y ambas ante el mismo equipo, su odiado Real Madrid. De la primera se dijo: "¿Cuánto tiempo pasará hasta que el Atlético vuelva a jugar otra final?". Y de la segunda se preguntó: "¿Se recuperará de una final perdida en los penaltis?". En perspectiva, fue más duro el golpe de la última final. Principalmente, porque el Atlético lo tuvo en la mano, porque durante mucho tiempo pareció estar muy por encima del Real Madrid. Pero lo dejó vivo. Y Simeone cosechó críticas por ordenar el repliegue de sus jugadores cuando éstos tenían contra las cuerdas al rival.

El propio técnico argentino ejemplificó la amargura minutos después de caer cuando pidió "tiempo para pensar" en su futuro. Los hinchas sufrieron y hasta se concentraron en el Vicente Calderón pidiendo su continuidad. Simeone siguió, aunque hace unas fechas sembró la duda con una decisión tan desconcertante como insólita: redujo la duración de su contrato de 2020 a 2018. Una medida todavía no lo suficientemente explicada.

Comenzó la temporada con dos empates en la Liga y con ciertas dificultades para sacar adelante los partidos, fundamentalmente por desajustes en el mecanismo ofensivo. Pero llegaron dos partidos grandes y el Atlético confirmó que de nuevo competirá por todo.

Primero, empató 1-1 en el campo del Barcelona, donde no sufrió. Ahora está a un punto del equipo azulgrana en la Liga y a dos del Real Madrid, cuando podría haberse quedado muy descolgado.

Y luego llegó la cita del miércoles, nada menos que ante el poderoso Bayern Múnich. La actuación del Atlético no dejó espacio para la duda. Ganó 1-0, un resultado incluso por debajo de sus méritos, y reivindicó dos cosas: está en la elite continental y peleará de nuevo por la Liga de Campeones, olvidando traumas pasados.

El propio Simeone reconoció que su equipo cumplió "una de las mejores actuaciones" desde que llegó al Atlético.

La prensa también refrendó ayer el golpe en la mesa rojiblanco. "¡Ya está aquí el Atleti!", tituló Marca. Y As añadió: "El Calderón está viviendo unas últimas fechas que quedarán entre sus mejores recuerdos".

Pero el reconocimiento del estatus actual del Atlético va más allá y son los propios adversarios los que se encargan de señalar que el Atlético es uno de los grandes. Antes del partido, el presidente de la junta directiva del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge, incluso llegó a hablar del empate como un buen resultado.

"El Atlético es el rival más complicado del grupo. El hecho de haber llegado a la final dos veces en los últimos tres años es prueba suficiente. Es uno de los grandes equipos de Europa y está entre los equipos más fuertes de la Liga de Campeones", analizó. Y después del encuentro, reconoció que "fue una derrota merecida".

Amado por los suyos y temido por los rivales, el Atlético ganó el miércoles algo más que tres valiosos puntos en su carrera por acabar primero de grupo. Recuperó toda su autoestima... si es que alguna vez la perdió.

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