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Con un golpe de gracia

CON un golpe de gracia. Rosales, merced a un golazo, enterró a todos los críticos que estaban esperando a Juande Ramos con el micrófono o libreta, si bien es verdad que analizando lo que llevamos de Liga es para estar al menos preocupado.

Visitaba el Málaga Vitoria, ante un Alavés cumpliendo el papel de recién ascendido de este año, es decir, un equipo correoso, sufridor y competitivo en cada acción. Juande apostó por un once un tanto extraño, en el que Rosales cumplía funciones de extremo derecho, Juan Carlos de izquierdo y, por ejemplo, el Chory Castro como delantero en un claro 1-4-4-2.

Desde el inicio se notaba que había que jugadores que cumplían con funciones a las que no estaban acostumbrados. Sin embargo, la lesión en un salto de Diego Llorente retomó un dibujo habitual. Juanpi entraba en el centro y Rosales ocupaba nuevamente su lateral derecho, puesto desde el cual es peligroso con sus internadas.

Antes de esto, Deyverson, el niño inquieto, puso de manifiesto un nuevo error defensivo, esta vez de Kameni para marcar un gol que volvió a ser otro contrapié ya habitual en los comienzos.

El Málaga no encontraba el método ni siquiera para inquietar a los locales, de hecho no tuvo ninguna ocasión en el primer acto. Sandro fue el ejemplo de la desesperación de los malaguistas.

Tras el descanso, Juande dio entrada a En-Nesyri, que fue una isla en el ataque malaguista. Si bien el Málaga dispuso de algo de control en esta fase del juego, no lo pudo materializar en grandes ocasiones. Rosales fue la punta de lanza del Málaga en ataque, Sandro a punto estuvo de sorprender a Pacheco y Juanpi fue un efecto azucarillo que acabó disuelto entre el mar del Alavés. El partido apuntaba a un nuevo tropezón en el camino, sin embargo Rosales calmaba todos los males con su disparo milagroso que rescataba un punto.

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