La plantilla del Unicaja regresó ayer por la tarde a los entrenamientos con la intención de olvidar cuanto antes el triste episodio del domingo y preparar una semana en la que debe asentar su privilegiada posición en la Euroliga (recibe el jueves al Efes Pilsen) y sumar su primer triunfo ACB (el sábado en casa ante el CB Murcia).

Aíto García Reneses contó con todos sus hombres salvo con Jiri Welsch, que descansó aquejado de un leve esguince en su codo izquierdo, y Giorgos Printezis, cuya recuperación supone ahora la principal preocupación de los médicos cajistas. Su espectacular caída en San Pablo no ha supuesto, afortunadamente, una lesión grave. El jugador padece una fractura en su hombro derecho y la principal incógnita es saber el tiempo que estará de baja. Carlos Salas, uno de los médicos del equipo, habló ayer al respecto en la Cadena Ser: "Es una lesión extraña, nada frecuente en cuanto a fracturas. Hay que ver cómo evoluciona, dependiendo del dolor y de la incapacidad que le provoque veremos cuando se incorpora. Como mínimo, una semana, como máximo cuatro".

La única certeza a día de hoy es que uno de los argumentos ofensivos más sólidos del equipo malagueño se perderá, al menos, los dos encuentros de esta semana. Un hándicap para Aíto, que tirará de Carlos Jiménez para cubrir la posición de cuatro y que puede contar con el brasileño Augusto Lima para los partidos de Euroliga.

Carlos Salas aseguró que "el jugador está ahora bastante mejor que ayer [por el domingo]" y recordó los momentos vividos junto al pívot en los instantes posteriores a su sobrecogedora caída: "Fueron momentos preocupantes, porque la forma en la que cayó, golpeándose en la cabeza, fue alarmante y porque los traumatismos conllevan consecuencias normalmente bastante más graves. No perdió la conciencia, aunque sí tenía laguna de memoria. No sabía dónde estaba, qué hacía allí ni qué día era. Le hicimos las pruebas con urgencia, descartamos lesiones importantes, fue recuperando la memoria y decidimos llevárnoslo para Málaga".