De sobremesa con... Saúl Blanco

“Aíto nos da mucha libertad y cuesta adaptarse, pero a él siempre le dio muy buenos resultados”

  • El asturiano habla de su integración en Málaga y recuerda, entre otras cosas, que su experiencia en la selección fue “fantástica”, incluso la novatada de pagar una cena: “No bebo nunca alcohol, pero allí pidieron una botella de Vega Sicilia Único de 300 euros y, ya que yo la tenía que pagar, pues hubo que probarlo”

Asegura estar “de los nervios” por llevar más de un mes sin jugar a causa de un problema muscular. Saúl Blanco llegó a Málaga para disfrutar del baloncesto y está sufriendo. El Unicaja va peor de lo que el más agorero podía imaginar y él no puede jugar por las lesiones. Parece tímido, pero también sincero en cada respuesta. Intenta demostrar en Málaga que el Unicaja no sobrepagó su fichaje al Fuenlabrada. Allí espera ir el próximo sábado, donde el día después juega el equipo malagueño. Sería la señal de que su gemelo está reestablecido y de que puede empezar a demostrar lo que tiene dentro. A la ciudad está plenamente adaptado. Ha hecho buenas migas con los jóvenes del Clínicas Rincón, con los que se suele juntar. Dice que en el primer equipo no hay malos rollos, que todos van a una.

inicios

Llueve en Málaga como no se recuerda, pero eso a Saúl no le resulta raro. “Esto no es nada. Aquí me decían que cuando llovía nadie entrenaba en Los Guindos. Yo en Asturias he entrenado nevando, granizando, he jugado partidos lloviendo”, relata el escolta asturiano. Allí llamó la atención desde bien pequeño y fue reclutado por Proyecto Siglo XXI, auspiciado por la Federación Española. “Fue en cadetes, la temporada 99/00. Fui un año a Galicia y, cuando terminó, ese año cerró y nos fuimos tres a Getxo: Fran Vázquez, otro chico gallego y yo. Por allí estaban Sergio Rodríguez, los Urtasun, Jon Cortaberría, Dani López...”. Allí también destacaba y fue convocado por las selecciones nacionales. Nacido en 1985, como Rudy Fernández o Marc Gasol, con ellos ganó un bronce en un Europeo cadete. Acabó su periplo en el Siglo XXI, aprobó la selectividad y ya pensó en serio vivir de esto cuando le fichó el Gijón para jugar en LEB. Aunque no dejó los estudios. “Empecé Teleco, estuve tres años, dos en Gijón y uno en Fuenlabrada, pero ya aquí se hizo más complicado. Al final lo dejé y ahora estoy con Empresariales. Voy despacito, a mi ritmo, tranquilo. Estoy en segundo y ahora tengo dos para febrero. Saco un poquillo de tiempo en la hora de la siesta y los apuntes me los llevo a los viajes, aunque básicamente para tener la conciencia tranquila”, bromea Saúl, cuyos padres son profesores, trabajo que le atrae. Estudia a distancia con una Universidad catalana y hace los exámenes en Málaga.

Selección

“¿Alcohol? Cero, aunque no os lo creáis, cero. No me gusta el vino, no me gusta la cerveza, no me gusta el champán… Hombre, para brindar te tomas un sorbito”, dice Blanco, que no hace mucho sí reconoce haber pegado un sorbo más amplio. Fue en la cena de matrícula de la selección, allá en el Ventorrillo de Chato de Cádiz. “Pidieron Vega Sicilia Único. Y no vamos a pedir una botella de 300 euros y quedarme sin probarlo. Encima la iba a pagar yo...”, admite divertido el asturiano, que relata aquella experiencia a las órdenes de Sergio Scariolo como “fantástica, todo increíble. Y entrar en el grupo, conocer un poco como compañeros a Pau, a Jorge Garbajosa, a Navarro…”.

La pena fue el corte final en beneficio de Sergio Llull. “Iba como invitado, pero se lesionó Berni antes de empezar. Te quedas a las puertas y ves que al final consiguieron el oro. Queda un poco de pena, sí ¿Mundial?Ni lo pienso”, afirma.

Situación del equipo

Son días duros para el Unicaja. Hay críticas, cuchillos afilados y la gente pide sangre. En el vestuario hay pesadumbre, pero Saúl jura y perjura que hay unión. “Estamos un poco tocados por no habernos metido en la Copa y porque los resultados, y en algunos partidos el juego, no han sido buenos. Pero yo veo bien al vestuario. Ahora hay que olvidarla, verla por la tele y pensar en hacerlo bien en el Top 16 y en la Liga”, resume con simpleza Blanco: “Creo que nos ha pesado mucho el 0-5 del inicio y algunos partidos desastrosos que hicimos, como el del Xacobeo. También perder aquí el primer partido con Fuenlabrada, el del DKV… Hubo pitos en el primer partido y me sorprendió un poco, la verdad. ¿Qué falla? Si lo supiésemos... No lo sé. Hay buen rollo entre jugadores, hay buen rollo con el cuerpo técnico. A lo mejor nos está costando un poco adapatarnos, somos muchos jugadores nuevos, acoplarnos a lo que nos pide Aíto, no lo sé. Al principio no sólo te cuesta adaptarte a un equipo nuevo, sino a un equipo que está un listón por encima”.

Aíto

Uno de los aspectos más atrayentes para los nuevos fue entrenar a las órdenes de Aíto García Renes, hay pocos técnicos de mejor currículum. “Es completamente diferente a todos los entrenadores que he tenido antes. Da mucha libertad para el juego colectivo, mucha libertad para ti, luego también la manera de entrenar es completamente distinta a otros entrenadores, la filosofía de juego también. Se fija mucho en pequeños detalles y haces cosas que no hacías desde hace 10 años. Es distinto a todos los entrenadores que he tenido. Aquí estaba antes Scariolo, que era un tío súper metódico. Por lo que le conozco de este verano, es muy metódico, todo muy estructurado, muy organizado. Y Aíto, pues bueno, no quiero decir que sea un desastre, pero le gusta dar mucha más libertad. Estamos acostumbrados a, si tenemos este sistema de ataque, hacer esto, esto y esto y nada más. Pues si te dan esa libertad, al final te cuesta más saber en qué momento tienes que hacer esto o en qué momento tienes que tomar esta decisión. También es una cosa que creo que nos está costando bastante. Pero a él le ha dado muy buenos resultados siempre. Espero que este año no sea la excepción”.

Llegada

Durante la conversación aparecen temas como el del lío veraniego con el Valencia por su fichaje. “Estaba tranquilo, la verdad. Todo salió bien. Además, el tema de Ricky lo tapó todo un poco. Ése es un genio, hace magia. Es que los pases que hace, cómo controla todo, todos los compañeros…”, asegura, como también se refiere al estado del deporte en Asturias, demasiado centralizado en el fútbol. “No me gusta mucho, pero soy un poquito culé”, asegura, aunque se acerca con frecuencia a La Rosaleda, en parte por su amistad con el jefe de prensa, Víctor Varela. En Málaga está feliz, dice Saúl. “Hasta diciembre puedes ir sin abrigo, vivo al lado de la playa, a tres minutos del Carpena, la gente es amable”, dice, al tiempo que recuerda que está soltero.

Evolución

“Antes de que los juniors se fueran a Hospitalet, le dije a Miki Servera que yo gané allí un concurso de mates”, refería Saúl Blanco para explicar su evolución como jugador. Antes era considerado un saltarín. “Sigo saltando lo mismo, aunque la gente no lo crea, pero ahora prefiero meter triples o tiros desde la personal. Mola verse arriba en las clasificaciones individuales, como el año pasado en Fuenlabrada. Ojalá pueda volver”, remata.

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