El Unicaja está siendo protagonista indirecto de un amor a tres bandas con el norteamericano Louis Bullock como actor principal. El ex cajista no cuenta en Madrid pese al año que le queda de contrato y, mientras resuelve su salida (dicen que ha rechazado la última propuesta del Real: un 70% de la ficha pactada para el curso venidero), estudia posibles destinos. Ya se ha dicho en infinidad de publicaciones que su deseo es quedarse en España y retirarse en uno o dos años. El Estudiantes y, sobre todo, el Cajasol han sido claros reconociendo que desean contar con él, pero sin embargo a Sweet Lou lo que le gustaría es volver a Málaga, la ciudad que le dio su primera oportunidad en la ACB en mayo de 2002, sustituyendo a Danya Abrams. El escolta tiene casa y negocios en la Costa del Sol y sería una guinda a su carrera retirarse en el Martín Carpena.

Sucede que su sueño no es compartido por el Unicaja, que no le tiene en su lista de posibles para el juego exterior. No es un jugador del estilo de Aíto, joven y defensor, y quizás también el Madrid le imponga en la negociación para rescindir no jugar en un rival directo.

En Sevilla suspiran por él y esperan a que el norteamericano solucione su finiquito con el Madrid para intentar convencerle de que acepte la oferta hispalense, aunque en las últimas horas se ha inmiscuido el Maccabi. Y el Unicaja en medio, siendo testigo indirecto del cortejo sevillano a Bullock y consciente de que lo suyo con Bullock es un amor imposible.