Deportes

OAKA, ¿por qué no?

  • Oportunidad Ayer se cumplieron cinco años del único triunfo del Unicaja, mermado por las bajas en la complicada pista del Panathinaikos, que parece en buena forma tras ganar por 21 en la pista del Lietuvos

La melancolía asalta cuando se viene a Atenas y se juega en el OAKA. Ahora aún más, que suena el nombre de Jorge Garbajosa para volver y que el cuerpo técnico es la herencia de Sergio Scariolo. Es inevitable recordar la mágica Final Four de mayo de 2007. Ayer se cumplieron cinco años de la más bella victoria a domicilio conseguida por el Unicaja en competición europea. 93-95 en este pabellón, contra el ogro verde. Se alojaba el equipo malagueño en el mismo hotel que hoy, el Holiday Inn, en la avenida Attica, cerca del aeropuerto, algo lejos del centro de Atenas. Un lugar en medio de la nada, con una gasolinera al lado y unas oficinas de Ericsson un poco más allá. Un ambiente ideal para centrarse en lo que toca, en jugar. En intentar la proeza. ¿Por qué no en el OAKA? Siglas, por cierto, de Centro Olímpico Atlético de Atenas.

El Power Electronics lo consiguió hace unos meses, en plena remontada triunfal con la llegada de Pesic. El Unicaja intenta experimentar algo parecido con Chus Mateo. El viento ha cambiado en el Carpena, corre aire pero no lo suficiente para ganar en una pista cinco estrellas del continente. No está Archibald, tampoco Tripkovic. Al escocés siempre se le echa de menos en estas batallas en las que está enfrente una batería de pivots tan poderosa como la de Panathinaikos. También fue fastidio que Tripkovic tuviera un esguince justo cuando había completado su mejor actuación como jugador cajista, con una lección de tiro ante el CAI Zaragoza. No podrá ver a su paisano, partisano de origen como él, Zeljko Obradovic, originarios ambos de una localidad no muy grande de Serbia, llamada Cacak, en la que también nació un mito llamado Dragan Kikanovic.

Sin ellos, parece un viaje extraño. Hay tres jugadores del Clínicas Rincón más Paco Aurioles, técnico hasta la semana pasada del equipo filial. Símbolo de que la cantera está para algo más que para educar y para invertir dinero. Aunque Sinanovic y Piwi García tienen poco de canteranos, están progresando en el equipo filial. De eso se trata en el fondo.

La historia es que ganar en el OAKA es una hazaña poco realizable. El equipo de Obradovic ganó la pasada jornada en Vilnius. Perdía al descanso y ganó por 21. El tiempo que tardó en enchufarse la pareja interior formada por Tsartsaris y Batiste, demoledores ante el Lietuvos. Diríase que el equipo de Obradovic ha perdido algo de talento en el exterior. No puede ser de otra forma si se marchan Spanoulis y Jasikevicius. Pero sigue Diamantidis, el hombre que condiciona partidos igual sin anotar, como Carlos Jiménez en versión griega y jugando de base. Y debe progresar el grecoamericano Calathes, del que se espera mucho pero no da tanto.

El Unicaja tiene potencial mermado pero la moral más alta. Ciertamente, a fe de ser realistas, no se apostaría mucho dinero por que el equipo de Chus Mateo acceda a la siguiente fase. La derrota ante el Caja Laboral condiciona todo lo posterior. Ganar en Atenas eliminaría ese roto, pero no se puede exigir a este equipo. Sí se le debe pedir que dé la cara, que no salga con los brazos bajados como hizo en El Pireo hace un par de meses y que todo vaya engrasándose para cuandolleguen partidos más accesibles. No obstante, siempre queda un hueco a la esperanza.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios