El titular era tan contundente que llamó la atención de medios e inversores de inmediato: "Bionaturis podría fabricar millones de dosis de vacuna contra el ébola en cuatro semanas".

Así encabezaba la empresa jerezana, dedicada a la fabricación de medicamentos biológicos, una nota publicada el pasado martes en su página web. En el escrito, la firma aseguraba que "sería viable" disponer de dosis experimentales en un plazo máximo de 24 meses y que podría liberar millones de ellas en cuatro semanas desde que se realizara el encargo. Más adelante, afirmaba que evaluaría con sus socios "comerciales y tecnológicos" el desarrollo de la vacuna y que buscaría un esponsor "global" para apoyar la iniciativa.

Bionaturis no decía, efectivamente, que estuviera desarrollando una vacuna contra el ébola, pero los plazos tan precisos que daba y explicaciones técnicas aparentemente convincentes provocaron que acabara repuntando un 15% en el Mercado Alternativo Bursatil (MAB). Ese mismo martes, y ante la dimensión que tomó el asunto, Bionaturis publicó una aclaración en la que afirmaba, ya explícitamente, que "no se encuentra desarrollando una vacuna contra el ébola" y que el objetivo era demostrar que la empresa "podría desarrollar una solución técnicamente viable al problema". En concreto, hablaba de la posiblidad de usar para hallar la vacuna el sistema Flylife, un proyecto industrial para crear vacunas de última generación con larvas de mariposas.

Tras las aclaraciones, el gozo de los inversores se fue a un pozo. Todo lo que Bionaturis ganó el martes lo perdió ayer: un 14,84%, hasta los 9,07 euros por acción. A ello contribuyó en buena medida un nuevo comunicado de la firma, enviado al MAB, en el que se matizaban algunas de las cuestiones que a su vez ya había ido matizando. Seguía manteniendo que tiene capacidad para desarrollar la vacuna en 24 meses, pero aclaraba algo sobre la posibilidad de lanzar millones de dosis en sólo cuatro semanas. Eso sólo sería después de la pasar "las pruebas clínicas necesarias para obtener los permisos pertinentes para su uso en humanos". Es decir, un plazo que oscilaría entre seis y diez años. En el mejor de los casos, Bionaturis estaría en disposición de lanzar de forma efectiva la vacuna en un mínimo de ocho años y un mes, que probablemente serán más si tenemos en cuenta que la firma jerezana aún no ha comenzado a desarrollar la vacuna a la espera del impulso de un socio comercial. También puede ocurrir que, tal y como señala la compañía, la situación de emergencia actual obligue a las autoridades internacionales a acelerar los procesos regulatorios. En tal caso, Bionaturis podría tener lista la vacuna antes. Aun así, "como con cualquier medicamente en fase experimental, el éxito de su llegada al mercado no estaría garantizado".

Este episodio vuelve a poner en el punto de mira al MAB, puesto en cuestión tras el fiasco de Gowex y las dudas que han planeado sobre Ebioss y Facephi. El caso de Bionaturis, sin embargo, parece muy diferente de los anteriores, ya que las oscilaciones responden a un hecho puntual y no relacionado con cuestiones económicas. De hecho, el valor acción de la farmacéutica se ha doblado en lo que va de año, y ello a pesar de que el día del hundimiento de Gowex cayó un 23%. Además, en 2013 volvió a los beneficios, de 470.000 euros.