Economía

Grecia y los acreedores iniciarán el miércoles las discusiones sobre las reformas en el país

  • Las conversaciones políticas se celebrarán en Bruselas, mientras que unas conversaciones 'técnicas' se llevarán a cabo en Atenas

Las nuevas conversaciones entre Grecia y las instituciones internacionales (el grupo de acreedores conocido hasta ahora como troika) comenzarán el miércoles, según confirmó en Bruselas el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. "Estamos de acuerdo que no puede perderse más tiempo", explicó el presidente del Eurogrupo. Las negociaciones más importantes están previstas en Bruselas y paralelamente serán enviados "equipos técnicos" a Atenas, explicó. El objetivo es cerrar rápidamente la revisión del actual programa de ayuda, añadió.

Las conversaciones supendidas a fines de enero con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Interacional (FMI), las instituciones denominadas antes troika, comenzarán el miércoles por la mañana, con lo que se espera algo de movimiento en la disputa sobre la deuda que había quedado paralizada.

Atenas afronta una falta importante de financiación, pero a los acreedores no les resultan suficiente las propuestas de reformas presentadas hasta ahora por el nuevo gobierno izquierdista. A pesar de la falta de dinero, Europa se resiste a enviar los miles de millones que forman parte de la ayuda acordada. "No habrá más pagos antes de que se cierre la revisión (del programa de ayuda ya prolongado)", indicaron fuentes del BCE. Las instituciones de la UE, entre ellas el BCE, tienen que supervisar las reformas que hace dos semanas anunció el gobierno izquierdista del primer ministro Alexis Tsipras. También el FMI supervisará las reformas.

Y Grecia no recibirá nada del dinero que el BCE pone a partir de este lunes en circulación. El banco emisor de la divisa europea compra bonos franceses, holandeses y belgas en grandes cantidades, pero no los griegos, pues el BCE sólo puede adquirir bonos en el mercado libre de países que tienen buena nota según las agencias de calificación de riesgo, con la excepción de que el país se encuentre en un programa de saneamiento de la UE y cumpla con todas las medidas de ahorro, condiciones que no atañen a Atenas.

Los guardianes de la divisa de la eurozona inyectarán al mes 60.000 millones de euros y así continuará la situación al menos hasta septiembre de 2016. La medida ha sido tomada para alentar la coyuntura en la eurozona y apartar el peligro de una inflación baja. Con la inyección de capital los intereses seguirán bajos y el euro débil.

Esto último podría ser beneficioso para las exportaciones griegas, si la situación de la economía del país no fuese tan crítica. Tampoco un interés bajo ayuda especialmente a los griegos, pues debido a que se ha agravado la disputa con los acreedores, el gobierno no podrá acudir al libre mercado en un tiempo previsible. Más bien todo lo contrario: los bonos griegos cedieron de forma considerable. Su interés llegó a subir en algunos momento hasta los 0,51 puntos porcentuales hasta el 9,60 por ciento, una tasa intolerable para un país al borde de la bancarrota.

A pesar de que Grecia queda por el momento fuera de la inyección de capital, el BCE ya ha asistido al país con un préstamo de 100.000 millones de euros, "una suma que en los dos últimos meses se ha doblado", según dijo el director del BCE, el italiano Mario Draghi, rechazando las críticas a la institución que dirige. Mientras Atenas no cumpla con los acuerdos firmados con los acreedores, el BCE no puede ayudar más.

Tras el cambio de gobierno en Atenas, el banco emisor anunció el 11 de noviembre que suspendía la aceptación de bonos estatales del país. Desde entonces, las entidades griegas están obligadas a tomar créditos de emergencia del banco central de su país si necesitan dinero. Como los clientes están vaciando sus cuentas, se necesita más dienero, por lo que el BCE decidió aumentar en 500 millones de euros hasta los 68.800 millones de euros el marco de esos créditos de emergencia. Según informaciones de Atenas, las arcas en el país están casi vacías. En marzo el país tiene que hacer pagos por valor de 6.850 millones de euros.

Hace dos semanas el Eurogrupo aceptó una lista de reformas como base para prologar cuatro meses su programa de ayuda a cambio de un crédito millonario. Desde entonces los socios de Atenas esperan del gobierno griego que se precisen las reformas.

El jefe del Eurogrupo calificó de insuficientes las propuestas presentadas hasta ahora por Atenas. Y antes de que el dinero fluya a Grecia, la Comisión Europea, el BCE y el FMI tienen que dar formalmente luz verde. "Perdimos más de dos semanas, en las que se hicieron muy pocos progresos", advirtió Dijsselbloem antes de la reunión de ministros del Eurogrupo. "Tenemos que dejar de perder el tiempo e iniciar ahora las conversaciones en serio", advirtió el político holandés.

Por su parte, el ministro alemán, Wolfgang Schäuble, pidió a Grecia que mantenga sus promesas de reformas. "Los griegos deben llevar a cabo ahora aquello a lo que se comprometieron, y sobre todo tienen que abstenerse de cambios unilaterales no acordados con la troika", dijo el ministro alemán. Según fuentes del Banco Central Europeo, faltan datos básicos sobre la situación financiera de Grecia y no está claro si el país cuenta con un superávit presupuestario primario (antes del pago de los intereses de la deuda).

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