Economía

Una reforma que tiene fecha de caducidad

La reforma de las pensiones será "válida" para un "periodo de tiempo muy corto". Así de rotundo se muestra el profesor del Instituto Internacional San Telmo Fernando Faces, quien cree que lo más probable es que haya que revisar el sistema "de forma más profunda". Para él, las medidas del Gobierno sólo han conseguido que el modelo sea sostenible a corto plazo, al alargarse la edad de jubilación, ampliarse a 25 años el periodo cotizado para calcular la prestación, limitarse el crecimiento de las pensiones (al vincularlas a la evolución económica) e introducir la esperanza de vida de un pensionista como factor de corrección a la baja. "Esto hace que hasta 2050 el sistema pueda ser más o menos sostenible. Si no se hubiera reformado, las pensiones hubieran costado al erario público más del 200% del presupuesto del Estado, y con la reforma esto se reduce a entre el 20% y el 40%, dependiendo de las distintas hipótesis".

Pero la reducción progresiva de la pensión -"que puede llegar a un 20, 30 o 40% del salario medio- va probablemente a llevar a una nueva vuelta de tuerca, que, según Faces, podría ser como el llamado sistema de cuentas nacionales que ya se aplica en Suecia e Italia. Se trata de una jubilación flexible en la que se cotiza por toda la vida laboral y el propio trabajador decide cuándo se retira. Además, el interesado puede saber en cada momento cuánto le corresponde de pensión, que se revisa de forma continua y permanente en función de la esperanza de vida. "Nosotros, sin embargo, hemos evolucionado hacia un punto intermedio entre el sistema de reparto antiguo y el sistema de cuentas nacionales; se ha pasado de un sistema de prestación definido a otro en el que lo único que está definido es lo que vamos a aportar, pero no la prestación".

Faces, como el resto de participantes en el desayuno, también es partidario de complementar esta evolución con el fomento de planes de capitalización. Para ello, aparte de una legislación favorable que ahora no existe, hace falta un cambio de mentalidad. "Para los españoles, la pensión es la vivienda; o creamos una nueva cultura en la que prime el alquiler y haya fondos de capitalización, o soportar vivienda y planes de pensiones para el ciudadano es imposible", afirma, y añade: "La vivienda cumple la misión de ser el fondo de pensiones de los españoles; en el mundo hay una correlación directa entre planes de pensiones y sistemas de propiedad".

Una fecha clave va a ser 2019, cuando se introduzca el factor de sostenibilidad del sistema en función de la esperanza de vida. En ese momento muchos percibirán un recorte en su pensión y quizás, a la fuerza ahorcan, comience el cambio de cultura, aunque sea por necesidad.

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