Nueve meses después de su anuncio, Caixabank formalizó ayer la absorción de Barclays Bank SAU, entidad que aúna el negocio de banca minorista, la gestión de patrimonios y la banca corporativa de la entidad británica en España, al quedar inscrita la escritura de fusión en el Registro Mercantil de Barcelona. El grupo Barclays mantiene en el país Barclaycard y el negocio de banca de inversión.

Barclays Bank SAU aporta a la entidad catalana 261 sucursales, 550.000 clientes y unos activos de 21.600 millones de euros, y Caixabank ya ha iniciado el cambio de rotulación de sus oficinas.

La entidad explicó que, de forma progresiva, la marca Caixabank se implantará en la red de oficinas, "reforzando el posicionamiento de la entidad como banco global, líder en diferentes segmentos del negocio financiero y con una clara vocación internacional".

Además, este fin de semana se realizará el proceso de integración tecnológica y operativa de Barclays Bank SAU, de forma que las cuentas, depósitos y créditos de los clientes de la filial española de Barclays cambiarán de numeración.

La operativa de las domiciliaciones, cobros y pagos no se verá afectada por este cambio, por lo que los clientes de la filial de Barclays no tendrán que realizar gestión alguna. Los contratos de tarjetas pasarán a ser gestionados por Caixacard, entidad íntegramente participada por Caixabank y especializada en la emisión y la gestión de tarjetas, que remitirá próximamente a sus clientes las nuevas.

Caixabank destaca que con esta operación, que implica la extinción de Barclays Bank SAU, refuerza su posición "como líder del mercado español" con 14 millones de clientes, 5.438 oficinas y activos totales de 355.557 millones. La cuota de penetración de particulares se eleva al 28,2%, y un 24,1% tiene a Caixabank como primera entidad.