Servando Sánchez Calero. Presidente de AOTEC.

"Algunos ayuntamientos retrasan los despliegues de fibra de dos a tres años"

  • Ensalza la contribución de los operadores de telecomunicaciones locales a la reducción de la brecha digital y pide que las ayudas a la banda ancha dejen de favorecer a las grandes compañías.

Se trata de un sector desconocido, pero imprescindible. Los operadores de telecomunicaciones locales ayudan a reducir la brecha digital al llevar estos servicios a los municipios más pequeños. Sevilla ha reunido esta semana a los principales proveedores nacionales en la X Feria Tecnológica organizada por Aotec (Asociación Nacional de Operadores de Telecomunicaciones y Servicios de Internet). Onlycable, Procono, Cableworld, Interfibra, Alma Telecom o Skynetlink son algunos de los nombres propios que han acudido a la cita.

-¿Por qué se ha elegido Sevilla para celebrar este encuentro?

-Es nuestro segundo año consecutivo haciendo la feria aquí -tras otras ubicaciones como Madrid o Aranjuez-. Andalucía es una de las primeras comunidades en número de operadores de telecomunicaciones locales junto a Murcia y la Comunidad Valenciana.

-¿Qué volumen de empresas, negocio y empleo genera este sector en España y en Andalucía?

-Sólo manejo estimaciones. A nivel nacional, puede haber en torno a 1.100 empresas, que mueven 594 millones de euros anuales y generan unos 7.600 empleos directos y 31.000 indirectos. En Andalucía, el tejido lo componen unas 150 pymes que facturan más de 79 millones al año y emplean a 900 profesionales de forma directa y a 4.700 de forma indirecta.

-¿Los operadores de telecomunicaciones locales en qué tipo de poblaciones se desenvuelven?

-Se trata de municipios de menos de 50.000 habitantes. La mayoría de nuestras empresas son pequeñas o medianas (pymes) y operan en ciudades medias de en torno a 20.000 ciudadanos.

-¿Han cambiado mucho los servicios ofrecidos por estas compañías a lo largo de los últimos años?

-Muchas de estas empresas se fundaron hace 20 o 25 años e iniciaron su andadura centradas en la televisión por cable. Sin embargo, han evolucionado a operadores de telecomunicaciones completos: ofrecen servicios de televisión, de internet, de telefonía fija y móvil. Las compañías del sector han pasado, además, de ofrecer sólo servicios a construir sus infraestructuras. Ahora están sumergidas en la migración de las redes antiguas (de cable coaxial) a las modernas (fibra óptica hasta el hogar, FTTH). En 2020, el objetivo es llegar al 100% de la población con redes ultrarrápidas de nueva generación frente al 60% actual.

-Entonces, despliegan sus propias redes, no usan las de terceros...

-No. Somos competidores de las grandes empresas de telecomunicaciones e invertimos en nuestras propias infraestructuras.

-¿A cuánto asciende este esfuerzo inversor?

-No tengo datos exactos, pero se trata de inversiones muy fuertes, ya que gran parte del tendido de redes se hace con personal propio (no de subcontratas).

-¿Cómo se financian? ¿Reciben ayudas públicas?

-El desembolso lo afrontamos con recursos propios y con financiación bancaria (ésta suele suponer el 50% del total), ya que nos llegan muy pocas subvenciones públicas porque las líneas de ayudas del Gobierno favorecen más a los grandes operadores.

-¿Qué factores obstaculizan el acceso a esas subvenciones?

-Hay varios condicionantes que limitan que podamos beneficiarnos de las ayudas a la banda ancha de nueva generación. Por un lado, el Gobierno establece en qué poblaciones hay que hacer despliegues por su riesgo de quedarse descolgadas. Y, por otro, subvenciona a operadores cuya inversión durante los tres últimos años haya superado un límite. Las grandes compañías tienen un histórico tremendo y eso anula nuestras posibilidades.

-¿Qué modelo proponen ustedes?

-Que no se tome en cuenta el volumen de inversiones realizado en años anteriores. Lo ideal sería calcular el coste máximo por hogar pasado -cubierto con fibra- y, en función de él, establecer una cifra máxima de inversión en el proyecto. Así podríamos optar todos en igualdad de condiciones a las ayudas públicas que se establecieran.

-¿Cómo ha afectado la crisis al sector? ¿Se han quedado muchos operadores locales por el camino?

-Nos ha impactado, pero no tanto como para que muchas empresas hayan cerrado, ya que los servicios de telecomunicaciones son los últimos de los que el usuario quiere prescindir. Lo que sí hemos percibido es un recorte en los paquetes contratados, pero no cancelación.

-¿A qué retos se enfrentan ahora?

-Nuestra principal preocupación es que la hiperconectividad y la avalancha de contenidos audiovisuales por internet hace necesario un dimensionamiento de la red. El consumo masivo de contenidos puede colapsar las redes si las compañías no actúan para ganar capacidad, mejorar las interconexiones y el equipamiento. Los operadores locales tenemos el problema acotado, pero los grandes tienen más hogares conectados y su ratio de uso por zonas es más difícil de controlar. No es lo mismo interconectar un municipio de 10.000 habitantes que una gran urbe.

-¿Existen muchos conflictos con los ayuntamientos a la hora de desempeñar su actividad?

-Hay de todo. Hay técnicos municipales a los que les cuesta mucho resolver la documentación y aprobar los proyectos, lo que puede llegar a paralizar los despliegues de fibra de dos a tres años. Sin embargo, si se pusieran las pilas podrían tenerlo todo listo en un par de meses. La Junta de Andalucía tiene un organismo que busca minimizar estas barreras de entrada, Sandetel. Su objetivo es agilizar los trámites con los ayuntamientos, resolver sus dudas sobre la normativa y asesorarles para que no se conviertan en un freno.

-¿Habrá fusiones de operadores locales para competir con los grandes?

-Hace dos décadas hubo zonas de España en las que los operadores locales se unieron para crear uno regional -en Asturias nació Telecable-, pero en Andalucía fue imposible. De cara al medio plazo, no veo un escenario de fusiones. Nuestra ventaja es ser pequeños, cercanos al cliente y rápidos en dar respuesta a sus necesidades, mientras que para los grandes es difícil ofrecer este servicio personalizado en cada población.

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