La agencia de calificación Moody's publicó ayer un informe sobre el plan de reestructuración presentado por Abengoa la semana pasada, una hoja de ruta que permitirá a la empresa reducir su endeudamiento, pero sobre el que afirma la calificadora aún pesan algunas incertidumbres.

Moody's reconoce que si el plan se ejecuta totalmente, la compañía tendrá una estructura de capital más sostenible, pero advierte que el éxito del mismo es todavía incierto.

Así, señala que, aunque las proyecciones financieras de la ingeniería andaluza son conservadoras, en un escenario complicado tendría problemas de liquidez. Entre los aspectos que podrían provocar tensiones de caja la firma Moody's apunta a posibles problemas en la ejecución de las desinversiones o mayores gastos en los proyectos. "Si el grupo no puede alcanzar el nivel de cash flow previsto, ejecutar el programa de venta de activos o contener el aumento de costes, su capacidad de liquidez disminuirá", advierte el analista senior de la agencia, Scott Phillips.

Moody's también señala que el incumplimiento de algunas de las múltiples condiciones asociadas a la reestructuración financiera podrían retrasar u obstaculizar la capacidad del grupo para ejecutar el plan. Entre esas condiciones, estaría por ejemplo la negociación con proveedores.

Moody's recuerda que, incluso con una total ejecución del plan, la empresa mantendrá un fuerte nivel de apalancamiento hasta al menos 2020. Hasta ese año, la deuda bruta se situará diez veces por encima del Ebitda.

Abengoa cifra en 830 millones de euros su déficit de liquidez en 2016 y 2017, que será financiado por dos vías: la venta de activos por 421 millones de euros (285 este año y 136 el próximo) y la entrada de dinero nuevo por 510 millones.

El pasado lunes Abengoa anunció la venta de tres plantas en Estados Unidos por 209 millones y ayer se supo que venderá dos más por 106 millones en total, por lo que Abengoa suma operaciones en EEUU por 315 millones. Junto a las plantas de York (Nebraska), Mount Vernon (Indiana) y Madison (Illinois) que adquirirá Green Plains - y cuya venta fue anunciada el lunes-, el grupo de ingeniería y energías renovables se desprenderá también de su planta de etanol de Ravenna (Nebraska), que adquirirá una filial de Kaapa Ethanol por 115 millones de dólares (unos 102 millones de euros) y, además, en la subasta celebrada por la Corte de Missouri, también se ha adjudicado la planta de Colwich al grupo ICM por 3,15 millones de dólares (unos 2,8 millones de euros).

Estas operaciones deben ser ratificadas por el Tribunal de Quiebras del Distrito Este de Missouri en una audiencia que tendrá lugar el próximo 29 de agosto. Todas las plantas han sido adjudicadas a través de un procedimiento de subasta.

En los últimos meses, Abengoa ha cerrado la venta de su participación en la planta termosolar Shams-1, ubicada en Emiratos Árabes Unidos, así como en la del parque eólico Campo Palomas en Uruguay, o la de su filial Abentel, y su participación en Yoigo, entre otros activos.

Abengoa también busca un comprador o un socio inversor para su planta de etanol celulósico de segunda generación Hugoton, en el Estado de Kansas (Estados Unidos), que lleva parada desde finales del pasado año y que es uno de los proyectos estrella de la firma.

Otros activos con potencial de desinversión son el negocio de transmisión y distribución en Brasil, o proyectos de desalación en Ghana, Chennai o Qingdao (China), entre otros.