Análisis

Ajustes y reformas durante la crisis

  • La evolución de la economía española entre 2007 y la actualidad se debe tanto a los ajustes propios del mercado como a las iniciativas impulsadas por parte del Gobierno.

LA economía española empezó a manifestar los primeros síntomas de la recuperación en el segundo trimestre de 2013, mostrando un crecimiento positivo del 0,5% del PIB. Este año acabará con una tasa superior al 3%. Durante el mismo trimestre señalado, la tasa de paro empezó a reducirse desde un máximo del 26% hasta el 19,6% con la que acabará este año. La deuda pública alcanzó el 93% del PIB en 2013 y llegará hasta el 100% este año, aunque el déficit público se ha ido reduciendo desde el 6,6% en 2013 hasta el 4,4% con el que previsiblemente finalizará el año actual.

¿Ha sido esta evolución una consecuencia de las medidas de política económica que el Gobierno ha adoptado o, por el contrario, los mercados se han ajustado básicamente por la reacción del sector privado?

No resulta fácil separar en el tiempo los efectos que se explican por medidas del Ejecutivo de aquéllos otros que lo son por los ajustes que el sector privado -empresas, familias- han acometido durante los años pasados. Ambos interactúan y se influyen produciendo un ruido del que no es fácil separar los efectos. La dinámica es compleja.

Sí es posible analizar la evolución de algunas variables básicas que nos sugieran las causas de su comportamiento.

El sector exterior llegó a alcanzar en el año 2007 un déficit por cuenta corriente del 10% del PIB, el mayor del mundo (ver gráfico). Ese déficit comenzó a reducirse al siguiente año y cuando acabó la legislatura del PSOE, en noviembre de 2011, se había reducido hasta poco más del 3%. Un excepcional ajuste en sólo cuatro años. A partir de 2012, el saldo por cuenta corriente se torna positivo o neutral y se ha mantenido así desde entonces.

Podemos concluir que el mayor ajuste se llevó a cabo en la segunda legislatura del Gobierno del PSOE y que ese ajuste exterior lo ejecutaron, fundamentalmente, las familias consumiendo e importando menos y las empresas exportando más e invirtiendo menos. La caída de la demanda de consumo de las familias y de inversión de las empresas estuvo realizando una contribución negativa al crecimiento desde 2010 hasta 2013. Justo al contrario que el sector exterior durante ese periodo. Desde 2013 hasta el momento actual, el sector exterior se ha mantenido positivo o neutral -no aportando crecimiento al PIB- mientras que la demanda interna explica la totalidad del crecimiento.

Comparando, pues, la situación actual con la anterior a la crisis, la demanda interna vuelve a explicar la totalidad del crecimiento, mientras que el sector exterior es neutral, comparado con la aportación negativa que realizaba antes de la crisis. Dicho lo anterior, hay que destacar que España es, sólo después de Alemania, el país europeo en donde más han crecido, desde el año 2000 hasta 2015, tanto las exportaciones de bienes como las de bienes y servicios en su conjunto.

Hay que añadir que esa evolución positiva del sector exterior, se ha debido en parte a factores internos, pero también a factores externos que nos han favorecido en notable medida.

Respecto de los primeros, el ajuste salarial llevado a cabo desde el año 2009 ha contribuido en gran medida a las ganancias de competitividad externa de la economía española, medida por la evolución del tipo de cambio efectivo real (ver gráfico). La devaluación salarial, tanto en el sector público como en el privado, ha contribuido notablemente a esas ganancias de competitividad.

Respecto de los factores externos favorables, el precio del petróleo se encontraba en 140 dólares el barril en 2008, desplomándose a 35 dólares en enero de 2009. Hubo posteriormente un repunte hasta los 130 en enero de 2012. Pero desde entonces ha mostrado una caída continuada hasta los actuales niveles de 40-50 dólares, que favorece extraordinariamente a la evolución del saldo por cuenta corriente y que permite a la economía española pagar deuda al resto del mundo.

Otro factor externo muy relevante es el incremento notable del turismo extranjero. La inestabilidad política en algunos países mediterráneos ha generado un efecto desviación desde esos países hacia España, desde el año 2011. La aportación neta de la balanza de servicios (fundamentalmente, turismo) al crecimiento, pasó del 3% al 5% del PIB en el periodo 2011-2015.

Respecto del mercado de trabajo, diversos trabajos de investigación de Ignacio García Pérez, de la Universidad Pablo de Olavide, concluyen que los efectos globales de las reformas han sido mixtos. Pueden atribuirse a las mismas un 32% en la reducción de la tasa de desempleo. Sin embargo, se ha observado un aumento sostenido de los desempleados de larga duración desde el 11% en 2008 hasta el 44% a finales de 2015 y es cinco veces más probable pasar de una situación de desempleo a otra con contrato temporal, que a contrato indefinido. Esta evidencia es provisional. Serán necesarias más investigaciones con nuevos datos disponibles.

La evolución de las magnitudes comentadas a lo largo de la crisis, se explica, en algunos casos, por el comportamiento favorable del entorno internacional: tipos de interés muy reducidos, reducción del precio del petróleo y aumento del turismo hacia España por tratarse de un destino seguro. Ninguna de ellas se han debido a la intervención de los gobiernos.

Otras han tenido un carácter interno, como la contracción de la demanda interna de consumo e inversión. La devaluación salarial en el sector público ha arrastrado al privado a seguir un comportamiento similar. Este comportamiento, junto a la reforma del mercado de trabajo, sí pueden atribuirse a la intervención directa del gobierno.

En conjunto, la evidencia es mixta, destacando los ajustes llevados a cabo por el mercado, frente a las reformas realizadas.

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