Economía

El presidente del Sabadell avala la recuperación de la economía española

  • l Oliu asegura ante empresarios en Málaga que la situación política no ha afectado

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, se reunió ayer con empresarios malagueños y, entre otras cosas, lanzó un mensaje de ánimo al asegurar que "hoy no estamos en crisis sino en una fase álgida del ciclo" y apuntó que la inestabilidad política nacional no ha tenido, por ahora, un impacto negativo en la economía del país. "La economía sigue fuerte porque se han reducido los stocks tras los años de crisis, el crédito es prácticamente gratis, el precio de la energía ha bajado, la exportación de las empresas españolas ha crecido de forma continuada y tanto las compañías como las familias se han desapalancado mucho, pasando de una deuda del 240% del PIB al 160%", enumeró.

Oliu, que es el máximo responsable del cuarto banco más importante de España, indicó que, no obstante, hay dos grandes debilidades. La primera, expuso, es el paro y, dentro de este fenómeno, "el primer problema que preocupa en los países occidentales no es el Brexit ni los inmigrantes, sino cómo atajar la subida del populismo". En segundo lugar, el presidente del Sabadell destacó que "hay que poner en orden" el déficit público, situado en el 100% del PIB, "porque es alto y más de lo permitido por la Unión Europea". Oliu afirmó además que las dos debilidades -paro y déficit público- van de la mano al tener que abonarse más prestaciones por desempleo, con el consiguiente gasto para las arcas públicas.

A escala puramente bancaria, el presidente del Sabadell dijo que las entidades financieras deben afrontar, tras la montaña rusa en la que se han visto envueltas en los últimos años con la crisis de las cajas de ahorro o los test de estrés, cinco grandes retos. El primero es el de mejorar sus márgenes, "pues estamos muy presionados en las cuentas de resultados por los bajos tipos de interés". En segundo lugar recordó que los bancos se han convertido prácticamente en inmobiliarias al absorber numerosos activos de este tipo en los últimos años, aunque comentó que "quedan dos o tres años" para acabar con todo el excedente. El tercer reto es combinar la regulación, que consideró "un mal sueño", con la rentabilidad de las entidades, ya que cada vez hay más exigencias de capital y de control. El reto de emplear las últimas tecnologías es el cuarto y, por último aunque es uno de los más importantes, Oliu hizo hincapié en recuperar la "reputación", que cree perdida en este sector tras estos años de crisis y escándalos.

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