La realidad ha superado a la previsión y la economía andaluza está teniendo este ejercicio un mejor comportamiento de lo esperado a principios del año por los grandes expertos internacionales. En el segundo trimestre, el Producto Interior Bruto regional aumentó un 2,8% interanual y se prevé que pueda finalizar el año con un alza del 2,7%, tres décimas menos que la media española. Esta es la previsión realizada por Analistas Económicos de Andalucía, un grupo de estudios dependiente de Unicaja, en su último boletín que presentó ayer en Málaga.

Ese impulso en las arcas regionales se sustenta, por parte de la demanda, en el buen comportamiento del consumo de los hogares, de las administraciones públicas y en la inversión empresarial, y, del lado de la oferta, por el crecimiento de todos los sectores productivos, destacando especialmente servicios (3,1% más), agricultura (2,7% más) y construcción (2,6% más), mientras que la industria se desarrolla a un ritmo más lento (0,9%).

El crecimiento económico tendrá su repercusión positiva en el mercado de trabajo, aunque es tal el volumen de desempleados existentes que el efecto será relativo. Según este informe, Andalucía reducirá en el conjunto de este año un 7,7% el número de parados y la tasa se quedará en el 29,2%, por lo que habrá 1,17 millones de personas en la comunidad sin un puesto de trabajo. Por provincias, las locomotoras serán este año Almería (3,2%), Málaga (3%), Cádiz y Sevilla (2,8% cada una). Las cuatro provincias restantes crecerán por debajo de la media regional, aunque a escasa distancia. Las más alejadas son Córdoba y Huelva, pero con un 2,4% cada una, apenas tres décimas menos que la media andaluza.

"La ralentización que se pronosticaba ha sido menor de la esperada, aunque es posible que los elementos que han actuado como viento de cola, como la política monetaria laxa o el bajo precio del petróleo, puedan diluirse en 2017", explicó Felisa Becerra, coordinadora del informe. Se estima que el menor crecimiento vendrá el próximo año y así lo han considerado en las previsiones para 2017. Analistas piensa que, siguiendo la tendencia económica actual, el PIB andaluz aumentará el próximo año un 2,5% -dos décimas menos que este año- gracias a que el consumo de los hogares se mantendrá firme, a que habrá una mayor formación bruta de capital y a que todos los sectores, salvo la agricultura, elevarán sus cuentas, haciendo especial énfasis en la construcción, que podría incrementar sus números un 3,2%. La clave en Andalucía se llama sector servicios. Si éste va bien, la economía va bien, pues es muy alta la dependencia del turismo. En 2017 los expertos apuntan que crecerá un 2,6%, el menor empuje en los tres últimos años, pero una gran cantidad de dinero en euros contantes y sonantes. De cara al empleo, habrá menos parados y la tasa descenderá hasta el 27,7%, pero se seguirá superando con holgura el millón de desempleados en la comunidad.

Becerra recordó que, pese a la salida de la crisis, todavía no se han recuperado los niveles de PIB o empleo existentes la década anterior ni en Andalucía ni en España, aunque son optimistas de cara al futuro. "Ahora se ha aplazado la ralentización a 2017 pero siempre cabe la posibilidad de que haya un mayor crecimiento como ha pasado este año y, además, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE suelen incrementar las perspectivas de España cuando bajan las de otros países", añadió Francisco García Navas, consejero delegado de este grupo, quien aseguró que "España ha hecho los deberes en costes laborales, productividad, exportación, se está recuperando la solvencia fiscal, la demanda responde, las empresas están invirtiendo y la reforma laboral ha sido positiva, por lo que tenemos los mimbres para mantener el crecimiento".