Antoni Gutiérrez-Rubí

"Los partidos han perdido el monopolio de la acción política"

  • Este consultor político y experto en redes sociales acaba de publicar 'La política vigilada'. Afirma que el mitin se ha convertido en una realidad físico-virtual donde la gente se manda mensajes o tuitean.

Asesor de comunicación, consultor político, acaba de publicar La política vigilada. La comunicación política en la era de Wikileaks y es uno de los  mayores expertos de las campañas en redes. Trabaja en España y Sudamérica, y fue él quien condujo la entrevista que Alfredo Pérez Rubalcaba concedió mediante Twitter en la pasada campaña electoral. Nacido en Barcelona en 1960, es asiduo de másteres de comunicación, analista en varios periódicos y colaborador de varias universidades. Ha publicado algunos libros realmente reveladores como Micropolítica, uno de cuyos capítulos llevan por título Los tristes no ganan elecciones.

-¿El Tea Party,  en cuanto organización de ciudadanos para intervenir en política, es un precursor de movimientos como el 15-M o es una barbaridad esto que pregunto?

-El Tea Party es una demostración de que los partidos han perdido el poder exclusivo de la acción política, y de que los ciudadanos, organizados, son capaces de marcar la agenda y de presionar. Acabar con ese monopolio. En este sentido, el Tea Party es un ejemplo de esa capacidad, aunque sus propuestas son más simples y tendentes a la elección de un candidato. Básicamente, sólo tienen cuatro principios básicos: sobre el aborto, el papel del Estado, los impuestos y la religión.

-¿Y el 15-M?

-El 15-M es otra cosa, no es una organización tan específica como el Tea Party, cuyo objetivo es influir en el Partido Republicano. El 15-M es una expresión cívico-ciudadana, que nace del hartazgo, que no va dirigida hacia un único partido, sino hacia toda la clase política y plantea profundas reflexiones.

-¿En el fondo, ambos son movimientos antiautoritarios?

-Son críticos con el poder establecido. El Tea Party considera que el Partido Republicano no es lo suficientemente republicano, y el 15-M mantiene que la clase política no dirige, no ejerce como tal y continúa en el poder. El 15-M no es, estrictamente, antiautoritario; lo que pide al poder es que actúe de otra manera. Y el éxito ya lo ha conseguido.

-¿Esto no supone poner en duda el sistema democrático basado en la contraposición de partidos?

-No, es poner el centro de la atención en la insuficiencia de la política y en la insuficiencia de la participación. Hay hartazgo, pero pone el dedo en la llaga, como nunca nadie lo ha hecho, en la incapacidad y la inacción de la clase política. Les están diciendo: "No haces los que debes, y cuando no lo haces, no lo haces bien". Lo que vienen  a decir es que la política cuenta cada vez menos, y que hay que recuperar el poder de la política en los asuntos públicos.

-Entonces...

-Es una gran oportunidad para actualizar los partidos del siglo XX al siglo XXI.

-¿Son viejos los partidos?

-Su modelo organizativo es antiguo, es el modelo leninista de organización, se prima la lealtad cuando la sociedad prima la inteligencia. Ese modelo jerárquico, centralizado, que ha sido útil para la democracia representativa, funciona ahora mal.

-¿No cree, usted, en la democracia representativa? ¿En la directa?

-Creo que la democracia representativa es fundamental, le ha servido a muchos pueblos, pero el riesgo es que ésta necesita rejuvenecerse. Fíjate, la democracia representativa te consulta cada 1.300 días, y le gente está diciendo: quiero decidir más.

-Sin embargo, en las redes sociales observo mucho partidismo, gente que se cruza acusaciones, argumentos o ideas desde los mismos partidos. Reproducen lo que hay en la vida mediática tradicional.

-En las redes también hay trincheras digitales, se reproduce lo que vemos en la vida presencial, pero también hay otra pulsión, una lucha entre las causas y las casas. Actúan más por causas que por la casa de donde se proceda. Sigue habiendo trincheras digitales, pero la otra pulsión es más importante, y ganarán las causas sobre las casas.

-Me comporto de un modo distinto en las redes digitales, soy más desinhibido, y veo que a muchos profesionales les pasa eso. No son tan estrictos con la letra digital' como con la impresa. ¿Por qué?

-Tu identidad como profesional se va a construir en el entorno digital. Tu identidad es la digital, es lo que opinarán de ti los posibles lectores, los posibles empleadores. Esto es muy importante que se comprenda. Claro, que también es posible que estés construyendo otro yo; entonces te recomendaría que debes completar ese otro yo, aunque esto, quizás, no me corresponda decirlo a mí, si no a otro tipo de profesionales.

-Está lo digital y la prensa escrita, que sigue siendo el medio influyente. ¿Qué cree que le ocurrirá a los diarios?

-Auguro que habrá un cambio de modelo de negocio, porque lo importante no es vender más diarios, sino tener más lectores.

-Vale, lectores y diarios; ambas cosas. ¿Y la publicidad de la que se deben nutrir tanto lo digital como lo escrito?

-El bien escaso de la gente es ahora la atención, y hay que tener otros modelos. Son lectores, no compradores, y la escasez es la atención de la gente, es lo que se debe buscar.

-Y la atención se puede conseguir con el espectáculo, con lo cual no haríamos periodismo.

-Se puede llamar la atención con el espectáculo o creando conocimiento.

-Los partidos ya han hecho su primera gran campaña, la de las generales, también en la red.

-Los partidos mayoritarios ya saben que perder en la red es perder en las urnas, aunque todavía no es posible ganar en las urnas aunque ganes en internet.

-En el libro explica que hay partidos que ya están teniendo algún éxito, como el Pirata  por ejemplo, que han surgido de la red.

-Cada vez más, hay partidos que se organizan y relacionan sólo por lo digital. En ese sentido, las formaciones que tienen en su ADN lo digital se relacionarán mejor con su entorno.

-UPyD, Equo...

-Es posible que rompan la hegemonía de los grandes partidos. Y si no lo hacen, no será por culpa de internet.

-¿El mitin ya no vale?

-No, el mitin ya es una realidad físico-virtual. Las 3.000 personas que están en el recinto tienen móviles, se mandan mensajes, muchos son usuarios de Twitter y tuitean, ésa es la difusión del futuro.

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