España

"La vida de mi hijo no tiene precio. No es un número y quiero justicia"

  • La madre del cabo muerto en el Líbano lleva el caso a la Audiencia para que se juzgue al "culpable"

El pasado 28 de enero Margarita Toledo perdió a su hijo, el cabo malagueño Francisco Javier Soria, muerto por el fuego del Ejército israelí en el Líbano. Y la mujer está dispuesta a seguir luchando hasta conseguir que el responsable de ese ataque dirigido sobre Hezbolá y que sin embargo fue a parar contra el contingente español perteneciente a la Unifil (Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano) "pague por lo que ha hecho". Su malestar por la tibia respuesta que hasta ahora, precisó, ha recibido por parte del Gobierno le ha llevado a elevar el caso a la Audiencia Nacional, de la que espera que abra una investigación judicial a fin de evitar que se dé por cerrado. Fue ayer por la mañana cuando, según explicó, los abogados presentaron una demanda contra Israel al entender que "se saltó las leyes". "Quiero un culpable y que lo lleven a los tribunales. Voy a llegar hasta donde tenga que llegar", apostilló la mujer.

Aunque la madre de Soria desconoce la jerga militar, está convencida de que lo ocurrido "no fue un error" y considera que, de haberlo sido, "los errores se pagan". "Mi hijo se fue a una misión de paz, en servicio humanitario. Estaba vigilando amparado por la bandera de la ONU. Si hubiera estado en guerra habría tenido algo para defenderse, no le dio tiempo. Le vino un proyectil con unas coordenadas que le voló la cabeza. Siguieron disparando durante tres horas y echaron racimos de bombas".

Según el testimonio de Margarita, su hijo jamás pensó en el final que tuvo. "Cuando se fue dijo que no pasaba nada, que no corría peligro. Ya había estado hace cuatro años. La vida es un riesgo. Me puede caer una maceta por la calle, pero el que la tiene mal puesta en el balcón debe pagar", recalcó la madre, que se pregunta "qué habría pasado" si el soldado procediera de otro país.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, achacó la muerte del cabo, de 36 años, casado y que habría sido padre tres días después de que sucediera el ataque, a "varios errores" del Ejército de Israel, entre ellos asumir un "riesgo excesivo al considerar como distancia de seguridad menos de 500 metros con respecto al objetivo". Asimismo, anunció que la mujer y la hija del militar recibirán compensaciones de la ONU, del Ejecutivo español y del israelí, así como una pensión correspondiente al doble del salario que percibía el cabo Soria.

La mujer, sin embargo, se cuestiona "dónde está la justicia". "El dinero no lo es todo. La vida de mi hijo no tenía precio. Él no era un número", se lamentó. Si hay algo que tiene claro es que no va a rendirse. "Me están diciendo que luchar por esto es como darse con un muro en la cabeza, pero yo digo que el muro, de tanto golpearlo, también puede caer. Está muy claro lo que ha pasado aunque se quiera disfrazar", resaltó Margarita, que agradece, eso sí, el apoyo que tuvo de los compañeros de su hijo y del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que permaneció con ella "en todo momento" durante el funeral celebrado en Córdoba.

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