Crónica levantisca

juan Manuel / marqués / perales

Y ahora nos sobra 'finezza'

EL final del bipartidismo nos llevará a un Parlamento más diverso, pero también inestable, una Italia sin italianos, que advirtió Felipe González. Pero, al menos, los dirigentes están aprendiendo pronto. Demasiado rápido. En el hemiciclo se ha habilitado una zona de sol, que es clara y transparente, y otra de sombra, donde se llegan a acuerdos secretos e inconfesables. Pablo Casado y Rafael Hernando intentan disimular la sonrisa de satisfacción cuando se les pregunta quiénes son los diputados anónimos que les han apoyado en la constitución de la mesa, y los líderes de Convergencia y PNV se muestran dolidos como casaderas románticas cuando se les apunta a la mancha en el vestido.

Cuando Giulio Andreotti visitó España en los albores de la Transición, le preguntaron por nuestro proceso político, a lo que el viejo condottiero respondió: "Manca finezza". Nos faltaba esa finura de la política italiana que no es otra cosa que la elegancia en el engaño, el arte en la negociación, Borgia y Maquiavelo, la diplomacia vaticana de la daga y el guante. Y la brillantez, claro está. Y no es que los italianos fueran así, es que su sistema electoral fabricó esta casta de políticos cínicos que dio al país 41 primeros ministros y 65 gobiernos desde 1947. En contra de los elogios que las coaliciones de Gobierno recogen durante estos días, Romano Prodi respondió una vez: "Nos sobra finezza. ¿Esto es bueno para Italia? ¡No! Una ley electoral debe estar para conseguir gobiernos, no para radiografiar al milímetro el espectro político del país".

Rajoy es quien mejor se ha adaptado a este escenario italianizante, conjuga la inteligencia y el disimulo con una pasmosa calma y ha enviado a sus mensajeros a explorar la construcción de puentes con los nacionalistas y los independentistas, ésos que el Comité Federal del PSOE le prohibió a Pedro Sánchez. El PP puede hacerlo, y el país no se levanta, porque su credibilidad en esta materia es más sólida que la del PSOE, porque no tiene un Miquel Iceta que aún hoy defiende la vía canadiense del referéndum de independencia. Ahora bien, el secretismo del apoyo provoca especulaciones recíprocas. ¿Ha dado Convergencia su apoyo a cambio de la creación de un grupo parlamentario recompensado con cerca de cuatro millones de euros? ¿La eliminación de la Fiscalía de delitos de cárcel a Artur Mas está relacionado con ello? ¿Busca el PNV el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles vascas? ¿Por qué le ha cedido el PP un puesto en la mesa del Senado a los nacionalistas? Mientras no se explique quiénes son los diez diputados que votaron al PP y Ciudadanos, las preguntas se mantendrán.

Sí, el sistema italianizante nos va a llevar a este tramoyismo, algo de discreción siempre es necesario, imprescindible, pero no el engaño. Podemos llegó con la exigencia de la luz y el taquígrafo para las negociaciones, pero en el PSOE no quieren ni acercarse a ello porque los han vuelto a engañar, esta vez con Domènech. Cuidado con los Andreotti y los Craxi, facilitadores de tantos pactos inconfesables que convirtieron a Italia en un inestable lodazal.

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