Las claves

Pilar / cernuda

Rajoy, candidato

TARDÓ en anunciarlo, probablemente porque Rajoy quería explicar previamente los esfuerzos que ha hecho hasta ahora en busca de los pactos necesarios para ser investido presidente. En cierto sentido salía al paso de las afirmaciones de que no se había reunido con nadie, ni presentado propuestas ni hecho ofrecimientos; es decir, quería que se supiera públicamente que se han contado muchas falsedades estas semanas.

Ya hay candidato, y era hora de que lo hubiera. Y es hora también de que Sánchez y Rivera asuman sus responsabilidades como las ha asumido Rajoy. Asumir responsabilidades significa echar una mano para que España salga de este atolladero que a nadie favorece. Sánchez y Rivera escenificaron ayer tras sus audiencias con el Rey lo que es un bloqueo en toda regla a la investidura de Rajoy. Tampoco Iglesias quiere saber nada del presidente del PP, pero eso entra en su sueldo; es impensable que el líder de Podemos facilite el Gobierno a un candidato del centroderecha. Pero lo irritante en los dirigentes de Ciudadanos y del PSOE es que no reconocen abiertamente que no quieren permitir a Rajoy de ninguna manera que continúe en La Moncloa y buscan justificaciones a su postura, algo que no se sostiene.

Hay más datos que aportar a este desesperante escenario: Sánchez anda ya compadreando con Podemos para ver si a la segunda va la vencida y, tras impedir la investidura de Rajoy con la ayuda inestimable de Rivera, que no se entera de qué va la vaina, intentar nuevamente convertirse en presidente... sin Ciudadanos, escollo que impidió contar con los votos de Podemos.

Que tenga cuidado Rivera. No puede ver a Rajoy ni en pintura, pero puede convertirse en el impulsor de un Gobierno llamado de cambio y que tiene más de frentepopulismo que de Ejecutivo democrático que enarbole la bandera de la igualdad, políticas sociales muy profundas y una España libre de corrupción. Y, además, si Sánchez no consigue llevar a buen puerto esa difícil maniobra, estaríamos abocados a nuevas elecciones que supondrán un desprestigio para España, pero también que algunos dirigentes quedaran definitivamente fuera de juego.

Rajoy es ya candidato y se supone que se va a dejar la piel intentando conseguir el apoyo de Ciudadanos. Lo que finalmente ocurra es imposible de predecir, pero algo es seguro: cualquier fórmula es mejor para España que un Gobierno con Podemos dentro. Y eso lo dicen abierta y públicamente destacados miembros socialistas. Lo que hace falta es que sean capaces de imponerse a su secretario general -para eso está el Comité Federal, desesperadamente tibio- y que el partido recupere la cordura demostrada durante años y que hoy brilla por su ausencia, sustituida por la ambición de un líder que tiene el dudoso honor de haber colocado al PSOE en el nivel más bajo de su historia.

Pero, independientemente de las operaciones en las que esté metido Sánchez, es la hora de Rajoy.

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