Más de 1.000 kilos de pólvora han estallado en el cielo malagueño para dar la bienvenida a la fiesta grande. La Feria de Málaga ha comenzado con el tradicional espectáculo pirotécnico que invita a vivir los próximos ocho días con la esperanza de dejar escondidos en el cajón los problemas para entregarse a la diversión con libertad. Pero antes de que los colores iluminaran las caras de las miles de personas congregadas en la playa de la Malagueta y sus alrededores, el actor Antonio de la Torre ha deleitado al público con un pregón cercano, emotivo, lleno de alusiones nostálgicas y reconocidas por muchos, pero también repleto de humor, crítico y reivindicativo de la solidaridad en estos tiempos de crisis.

"Que el disfrute no nos haga olvidar que casi una cuarta parte de los malagueños están en riesgo de pobreza y no pueden costearse una Feria, algo que también le va a costar esfuerzo al 35% de parados que tenemos en la provincia", ha dicho el malagueño, que también ha querido alentar a los congregados a aprovechar la fiesta para "invitar en el amplio sentido de la palabra al que no pueda a disfrutar, al menos por unos días, como los demás. Porque la Feria para mí es como la sanidad y la educación: siempre pública. Sin ninguna exclusión".

Con un "viva la Feria de Málaga" ha terminado el discurso. Luego se ha desatado la euforia gracias al carrusel de fuegos artificiales y poco después ha comenzado en el mismo escenario de La Malagueta el concierto de Vanesa Martín, preludio de ocho días llenos de música, baile y centenares de actividades programadas. La fiesta ya ha tomado la ciudad.