Cruceros Málaga, la entidad que explota la terminal de cruceros en el puerto de Málaga, ha decidido dar marcha atrás y retrasar hasta el 1 de octubre el cobro de la nueva tasa -la empresa la denomina tarifa- de 0,45 euros a los pasajeros que embarquen o desembarquen en la ciudad. Así lo aprobó el consejo de administración de la empresa celebrado el pasado martes ante la presión de las navieras y los consignatarios, que mostraron su malestar porque se cobrara esta tasa a partir del 1 de julio, tal y como estaba previsto.

Susana Gutiérrez, gerente de Cruceros Málaga, reconoció ayer que "hemos tenido contacto directo con armadores y consignatarios y no estaban sorprendidos por el cobro de la tarifa porque ya la conocían pero sí por la premura". En este sentido, Gutiérrez señaló que hubo quejas de las empresas aunque "hemos sido sensibles a la situación y hemos retrasado la fecha a 1 de octubre".

Desde Cruceros Málaga se justifica ese ingreso en la necesidad de hacer frente al abono del servicio de seguridad privada que se ha contratado en la terminal norte y, según Gutiérrez, "no es extraño porque este tipo de tarifas se cobran en casi todos los puertos del Mediterráneo". La gerente de la empresa explica que a las navieras no les preocupa ese incremento "porque no quieren que se escatimen esfuerzos de seguridad y reclaman terminales que estén muy preparadas". En cualquier caso, los armadores no se verán afectados porque, de una forma u otra, trasladarán esos 0,45 euros a los pasajeros. Su malestar venía porque la mayoría de los paquetes habían sido contratados con meses de anterioridad, por lo que las navieras ya no podrían cobrárselo a los clientes y tendrían que abonar ese importe ellas mismas. Al retrasarlo a octubre, las empresas se curan en salud y cobrarán ese importe a sus pasajeros. Cabe señalar que en un crucero pueden venir, por ejemplo, 3.000 turistas. Multiplicado por 0,45 euros supondría el pago de 1.350 euros cada vez que llegue a Málaga, una cantidad que hay que sumar a la que aplican otros puertos del Mediterráneo como el de Barcelona y que finalmente se van a ahorrar los armadores. Por otra parte, había dudas en el sector sobre si esa tasa se cobraría solo a los cruceros que atracaran en la terminal norte o a todos. Gutiérrez precisó que todos los barcos, independientemente de donde atraquen, tendrán que pagarla.