Málaga

Los lodos como moneda de cambio

  • Las depuradoras venden los lodos como combustible o para fabricar abono para la agricultura.

Cada día se generan miles y miles de toneladas de lodos procedentes de los procesos de depuración y es tanta la cantidad y tan elevados los costes que suponen su tratamiento que las empresas no paran de darle vueltas a la posibilidad de reutilizarlos, y así resolver un problema ambiental y económico. Estos residuos como combustible para las cementeras, como está a punto de hacer la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) con la fábrica de La Araña, y como abono para la agricultura son las salidas más recurrentes y más viables, pero no por ello menos controvertidas.

En el caso de su uso para fines agrícolas, el compost resultante de los lodos tiene tantos defensores como detractores. El principal rechazo que genera es que hay quien defiende que este abono orgánico -que resulta de la mezcla entre los lodos de las depuradoras tratados posteriormente y restos de poda para darle consistencia- concentra altas cantidades de metales pesados que no logran eliminarse en el proceso de depuración ni en su tratamiento posterior.

Los fabricantes de este abono, sin embargo, mantienen que el proceso de transformación de los lodos procedentes de las depuradoras es "muy exhaustivo" y que cualquier virus o bacteria que pueda venir asociado "es eliminado en su totalidad porque estos residuos se someten a temperaturas de hasta 70 grados", explicó a este periódico Roberto Fontalba, de la empresa Biomasa del Guadalquivir y que convierte en compost el 80% de los lodos que se generan en la provincia de Málaga.

Empresas públicas como Emasa, Axaragua y el Consorcio Provincial de Agua venden sus lodos para reutilizarlos después como abono en la agricultura. Pero ¿cuáles son sus ventajas? Según Fontalba, el compost mejora la germinación de los cultivos ya que al aplicarlo se produce un oscurecimiento del suelo que "hace posible un aumento de su temperatura favoreciendo la producción", además de que aumenta su capacidad de retención de agua y su textura.

Pese a las críticas son muchos los agricultores que han sustituido el abono químico en pos de este orgánico y coinciden en que da mejores resultados. Francisco Soto, un agricultor de Teba, lleva cinco años utilizando el compost en sus cultivos y aseguró que comenzó a notar la mejora a partir del primer año. "Mi producción se ha distanciado mucho en calidad y en kilos con respecto a los demás", señaló.

La mayor reticencia que encuentran otros para usarlo es el precio. Es más caro que el químico pero, según la empresa, "a la larga es más rentable y es la mitad más barato al cabo de los seis años porque las dosis van disminuyendo".

Desde el punto de vista científico existen muchas lagunas y pocas teorías que se posiciones a favor o en contra de este compost para la agricultura. Un estudio dirigido por el profesor de Geografía Física de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga, trata de determinar precisamente mediante distintos procedimientos científicos cuál es el estado de salud de un suelo, su capacidad productiva, así como medidas preventivas y curativas que faciliten la recuperación del mismo. Desde el incremento de abonado orgánico, el uso de polimeros, de restos de poda, a tecnologías más sofisticadas como el terracoten, revitec y compost proveniente de lodos de las depuradoras. Pero para los resultados aún habrá que esperar.

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