Málaga

Los trabajos arqueológicos le cuestan ya al Metro unos 5 millones de euros

  • Es la factura acumulada hasta la fecha por las excavaciones en Callejones del Perchel, en la zona de la estación y La Unión · Salvo admite que no es posible fijar un calendario para la culminación de los trabajos en El Perchel

Descubrir el pasado para enriquecer el presente. La obra del Metro de Málaga, símbolo de transformación de la ciudad, es testigo inequívoco de cuanto acaeció siglos atrás en la urbe bajo los dominios musulmán y romano; es herramienta que en su caminar por entre Callejones del Perchel, la Explanada de la Estación, la calle La Unión, ha sacado a la luz parte de lo que, bajo tierra, se escondía. Pero la oportunidad de mirar de frente lo pretérito está teniendo a su vez un doble coste más que apreciable en un proyecto de una sensibilidad sin igual.

Un peaje en forma de plazos interminables, de calendarios destrozados ante la necesidad de responder a las exigencias que pesan sobre todo resto arqueológico, y en forma de euros que, sumados, hacen que hasta la fecha los trabajos realizados hayan supuesto el desembolso de casi 5 millones de euros, existiendo la previsión de que la factura irá en aumento. Estas son las cuentas del Metro en un momento en que las brochas de los especialistas siguen su tarea a la altura de la calle Malpica, pendientes aún de acometer las tareas en parte de la glorieta Albert Camus y con la mirada aún lejana del centro. De hecho, ni el propio director del suburbano, Enrique Salvo, se atreve a poner sobre la mesa un calendario claro sobre lo que resta en este tajo, el previo a la llegada a la Alameda Principal.

Muestra del efecto que el reencuentro con el pasado está teniendo sobre la mayor de cuantas obras se ejecutan hoy en la capital de la Costa del Sol es que la denominada obra civil, la más molesta para los vecinos y comerciantes, tendría que haber estado culminada hace casi año y medio. Y nadie se atreve a dibujar un horizonte claro de terminación, menos aún cuando se admiten que los recortes económicos inciden de forma clara.

De los casi 5 millones ya abonados, la gran mayoría se corresponden con los trabajos de Callejones del Perchel, que han supuesto del orden de 3,9 millones. Un escenario en el que cobra especial protagonismo la muralla nazarí, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), y que, a diferencia de otros hallazgos, ha de ser protegida a sangre y fuego.

Tal circunstancia obligó meses atrás a los responsables del suburbano a diseñar una solución para que infraestructura no dañase la protección musulmana. La solución, ya en marcha, incluye una amplia corona de 157 micropilotes de hormigón, que permitirán dar estabilidad a los restos y, posteriormente, acometer la excavación del paso soterrado. Pero se trata de un paraguas sumamente caro, valorado en 1,3 millones de euros.

No son estos los únicos restos, puesto que a mitad de la calle se localizó una de las puertas de salida del arrabal, probablemente hacia la zona del Guadalhorce, según atestiguan los arqueólogos responsables de las excavaciones. Y en Albert Camus se ha desenterrado parte de la ciudad musulmana, que puede datar del siglo XIV, aproximadamente, lo que supone una novedad importante, ya que implica que la extensión de la urbe era mayor de lo que se pensaba.

A estas cuantías, correspondientes al tramo Renfe-Guadalmedina, adjudicado en su día a Grupo Ortiz por unos 49 millones de euros, hay que sumar otros 490.700 euros de las labores realizadas en el tajo previo, Juan XXIII-Renfe, en el que, entre otros hallazgos, se descubrió una antigua necrópolis romana, con restos de 15 individuos, en la confluencia de las calles La Unión y Santa Marta. Se apuntaba que algunos de los restos podían pertenecer al siglo I-II después de Cristo. De acuerdo con los estudios realizados por los especialistas, se cree que, dado que los enterramientos romanos se ubicaban junto a las vías de comunicación, la zona en cuestión era de entrada a la ciudad.

Al tiempo, los trabajos realizados en el entorno de la estación de trenes, en la Explanada de la Estación, permitieron sacar a la luz lo que fue un gran complejo alfarero del siglo XII, situado extramuro de la antigua ciudad musulmana. "Probablemente no hay una aportación económica parecida en trabajos de arqueología", expone Salvo, quien, desde el minuto uno de la relación inequívoca del Metro con los hallazgos del pasado, subraya la oportunidad que ello supone para el proyecto. De hecho, la previsión que manejan los responsables del suburbano es que parte de lo encontrado sea incorporado a la obra para su contemplación por parte de los usuarios, caso de la muralla nazarí. El interrogante es la factura que traerá consigo esta oportunidad.

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