Málaga

"El reto del planeta será gestionar la crisis de recursos que hemos causado"

  • El experto en medio ambiente advierte de que la oferta turística no consiste sólo en tener hoteles y advierte de que la ordenación del territorio no puede basarse únicamente en el urbanismo como especulación

-Por su paso por administraciones relacionadas con el medio ambiente en todos los ámbitos, ¿cree que existe el mismo grado de concienciación?

-Sí creo que el nivel de concienciación es homogéneo y además es necesariamente complementario porque todos elaboran las normas de una manera consensuada para poder aplicarlas.

-¿Ha notado en los últimos años una evolución positiva en la aplicación de las leyes en materia ambiental?

-Desde que empecé en el mundo ambiental en los años 80 sí ha habido una evolución tremenda en la elaboración de normas ambientales. Es conveniente subrayar que el elenco medioambiental comunitario es uno de los más importantes del planeta y compartida entre los 27 países miembros. Sin duda, en los últimos 20 años hemos asistido a una mejor regulación de los problemas ambientales para darles solución.

-¿Cuál cree que ha sido la medida más importante adoptada en este tiempo para la conservación ambiental y que ha marcado un hito?

-El medio ambiente es un sector transversal muy amplio que tiene una interacción con muchos otros y el elegir una sólo medida es complicado. Pero me atrevería a elegir la directiva marco de agua, especialmente importante para los países mediterráneos. En el campo de la conservación de la biodiversidad, las directivas Aves y Hábitat porque han marcado un hito por la novedad en los instrumentos que planeta de conservación con la creación de red común de espacios protegidos. Es difícil destacar una pero a lo largo de la historia de la legislación ambiental comunitaria hay unas buenas directivas que han servido de ejemplo a otros cuerpos legislativos de otras partes del mundo.

-Pero, ¿considera que el grado de aplicación en el primer caso, en materia de saneamiento por ejemplo, es el óptimo?

-Precisamente la directiva marco del agua tiene unos objetivos muy ambiciosos que marca una nueva etapa y un nuevo mecanismo de funcionamiento para afrontar los problemas que plantea el uso racional y sostenible del recurso agua. Al ser nuevos los estados miembros han tenido que adaptar todas sus estructuras y ha habido que hacer mucho esfuerzo para adaptar las políticas nacionales, lo que ha promovido en algunos casos retrasos que han conllevado incumplimientos y es verdad que hay que hacer esfuerzos más importantes para alcanzar esos objetivos. Pero no hay que olvidar que la directiva sale precisamente para solucionar esos problemas y confío en que desde el ámbito provincial hasta el europeo se cumplan porque significará que habremos alcanzado unos niveles de gestión del agua tanto en calidad como en cantidad mucho más positivos que los que tenemos ahora.

-¿Teme que el medio ambiente sea el gran olvidado o perjudicado como consecuencia de la crisis?

-Las políticas de medio ambiente en cuanto se tratan como sector aislado siempre son las primeras en sufrir los recortes. Desde mi punto de vista creo que no es positivo y lo digo también como ciudadano porque el medio ambiente ayuda a conseguir mejores estándares de gestión en el resto de políticas. Hablamos de cómo gestionamos nuestros recursos, de cómo mejoramos nuestra relación con el medio en el que vivimos o de cómo reducimos los impactos que diariamente provocamos en el medio que es imprescindible para mantener nuestra vida en el planeta y la propia actividad que desarrollamos como sociedad económica. El error es conceptuar las actuaciones que se hacen en el medio ambiente como costes, cuando hay que verlas como inversiones que luego van a repercutir positivamente en otros sectores para mejorar su competitividad y la calidad de vida de los ciudadanos.

-¿Cuál cree que es el principal reto ambiental en el futuro?

-Ya no podemos hablar de retos locales tenemos que abordarlos a escala global. El planeta se enfrenta a grandes desafíos como es la gestión de la crisis de recursos naturales que estamos viviendo y que sí se ha producido por nuestro sistema de vida. Sólo como ejemplo, se calcula que entre el 25 y el 30% de las reservas de agua del mundo ya no se pueden utilizar por su contaminación.

-¿Cómo se enmarca todo eso en un posible escenario de cambio climático?

-Los modelos que utilizamos para nuestra actividad como seres humanos están modificando profundamente el hábitat en el que vivimos y eso ha llevado a una alteración de los patrones climáticos que eran los habituales. Las consecuencias son las que habrá que estudiar, aunque ya todo el mundo tiene asumido que va a haber un incremento medio de las temperaturas de 1,5 a cuatro grados y está claro que va a afectar también al régimen de precipitaciones. En zonas como el Mediterráneo la disminución será entre un 15 y un 25% y eso va a tener unos efectos sobre nuestros sistemas agrarios o los ríos.

-¿Será entonces el Mediterráneo una de las zonas más vulnerables por este fenómeno?

-No podemos identificar ahora mismo las zonas que se verán más afectadas. Según los modelos, se habla más del norte de África y del sureste europeo, es decir el Mediterráneo, donde sí se atisba una disminución de las precipitaciones. Eso no quiere decir que nos vamos a convertir en un desierto porque hay que ver si se traduce en que va a haber unos periodos extremos de lluvia o una repartición menor a lo largo del año.

-¿Piensa que aún se está a tiempo de frenar estos cambios?

-Siempre estamos a tiempo de modificar nuestras pautas y el reto es cómo mantener nuestro nivel de vida actual eliminando los impactos que hemos producido. Para algunos es una utopía económica en estos momentos, pero para otros es un desafío al cual tenemos que dar una respuesta. Tenemos capacidad y conocimiento para saber qué es lo que tenemos qué cambiar. Y ahí está el compromiso del convenio marco de las Naciones Unidas para el cambio climático que intenta hacer frente al problema desde el punto de vista de la mitigación y de la adaptación porque si sabemos qué es lo que va a ocurrir la sociedad debe ser lo suficientemente lista para anticiparse porque tenemos instrumentos para ello.

-¿El Protocolo de Kioto es un mecanismo útil para conseguir ese reto?

-Es una herramienta más para esa gobernanza global que se necesita para hacer frente al cambio climático. Si es o no el más adecuado, es el que tenemos. Es mejorable pero para eso hay que buscar el consenso y los argumentos políticos y económicos necesarios para dar respuesta a las inquietudes que otros países tienen para formar parte de ese protocolo porque el problema es de todos y tendrá consecuencias directas sobre nuestra manera de vivir.

-¿Qué supone la existencia de la UICN para ayudar a conseguir este objetivo?

-La UICN desde su creación en 1948 siempre ha tenido la vocación de constituir una alianza entre los gobiernos, el mundo del conocimiento y la sociedad civil para mejorar el estado de conservación de nuestros recursos naturales. Esa plataforma pretende hacer frente a estos problemas y dar soluciones desde los tres ámbitos para que las políticas públicas y privadas las incorporen. Es la única alianza que incluye a las tres partes y ha sido clave en muchos casos al haber contribuido a la creación de esos convenios internacionales.

-¿Piensa que el futuro de la investigación pasa por la aportación privada dados los recortes en las ayudas públicas?

-La financiación de I+D+i tanto pública como privada tiene un papel importantísimo a desarrollar. Que hasta ahora haya sido una iniciativa de las administraciones públicas es algo común en toda la Unión Europeo, pero hay un campo muy grande por explotar en el sector privado y debe adquirir protagonismo en el desarrollo de investigaciones. De momento se está haciendo poco y menos en los temas medioambientales. Queda mucho por hacer y la unión pública-privada puede jugar un aspecto básico en el desarrollo de tecnologías que permitan establecer soluciones eficientes a los problemas que estamos padeciendo. En este momento de crisis el papel de la innovación es fundamental para hacer frente a los nuevos desafíos y porque en el campo medioambiental hay un nicho que aún no se ha explorado ni se han explotado las potencialidades que tiene para la creación de nuevos desarrollos empresariales y nuevas actividades económicas. El medio ambiente constituye un sector nuevo que ofrece una nueva fuente de desarrollo para la sociedad en la creación de nuevas profesiones.

-¿Ese desarrollo sostenible del que hablaba antes cree que ha quedado vacío de contenido de tanto usarlo?

-La palabra sostenibilidad ya está amortizada y creo que ha perdido la noción del concepto innovador e incluso revolucionario que tenía cuando surgió. A medida que ha ido evolucionando la conciencia medioambiental de la sociedad, los políticos han ido buscando términos que intentaran explicar cuáles eran esas inquietudes y rápidamente fueron absorbidos por el sistema y muchas veces vaciándolos de contenido. Y en este caso ha sido suficientemente utilizado ya y banalizado. La etiqueta debe cambiar para que se vaya renovando, pero lo que no se puede perder es el significado de fondo y que es toda una forma de gestionar el planeta.

-¿Y cree que ese desarrollo sostenible repetido hasta la saciedad ha ido de la mano del desarrollo urbanístico?

-Creo que el concepto de desarrollo sostenible trata de determinar cómo usar nuestros recursos para no hipotecar a las generaciones que vienen y la ordenación del territorio es una herramienta para usar esos recursos de forma sostenible. Lo que es incompatible es organizar el territorio en base a una política meramente especulativa en el ámbito inmobiliario porque la ordenación del territorio es mucho más que el sector del urbanismo. Y el ámbito local es fundamental y clave para ir desarrollando y materializando ese concepto de sostenibilidad.

-¿Cómo condiciona ese desarrollo insostenible al futuro de la Costa del Sol que vive básicamente del turismo?

-El problema es que el turismo no son sólo hoteles, sino calidad de aguas en las playas, un paisaje o una riqueza cultural. Todos esos son elementos que mejoran y hacen más competitivo tu oferta turística. Si se confunde el desarrollo turístico con una actividad urbanística sin tener en cuenta el equilibrio del resto de activos que hay en el territorio obviamente al final estás perdiendo potencialidad de regeneración en el futuro.

-Pese a la expansión urbanística que ha sufrido la provincia, ¿considera que tiene suficientes zonas protegidas?

-Sí, creo que los máximos exponentes de la naturaleza malagueña están representados en sus espacios naturales protegidos.

-Quién cree que merece el título de parque nacional: Sierra de las Nieves o Sierra Bermeja?

-Elementos biológicos, geomorfológicos y geológicos hay suficientes en esos espacios como para al menos plantearse la posibilidad de incluirlos en la red de parques nacionales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios