Málaga

Las bodas por la Iglesia en Málaga se desploman un 60% en la última década

  • Los malagueños que siguen confiando en el matrimonio se decantan por los enlaces civiles, formato que crece un 66% desde 2001 · Los datos muestran una variación de los modelos de relación de pareja

Si hay una realidad que pone de manifiesto la evolución cultural y social que experimenta la sociedad en los últimos años, esa es la de los matrimonios, cada vez menos frecuentes, y el modo en que los mismos se producen. Las estadísticas oficiales constatan cómo en el caso de la provincia de Málaga el desapego de los ciudadanos con la Iglesia Católica es cada vez mayor, circunstancia que se traduce sin ambages en una más que significativa reducción de uniones con el templo como escenario. Frente a ello, y a pesar de la bajada que se produce en este tipo de uniones, la boda civil es hoy por hoy el formato de alianza más empleado por las parejas malagueñas.

Y para dar fe de ello, datos. De acuerdo con la información consultada por este periódico, entre 2001 y 2011 la cifra de matrimonios celebrados en la provincia se ha desplomado un 28%, pasando de 7.306 casos en el primero de los ejercicios a 5.260 el año pasado, lo que supone una variación de 2.046 enlaces. ¿Y dónde se localiza principalmente esta caída? En las uniones religiosas.

Detallando esta parte de las estadísticas, la Iglesia Católica tiene motivos más que evidentes para preocuparse. En el mismo lapso de tiempo anterior, este tipo de alianzas desciende un 61% en territorio malagueño. Si en 2001 fueron 5.418 parejas las que decidieron pasar por el altar, el ejercicio pasado apenas fueron 2.117 (3.301 menos). Mientras, los cada vez menos malagueños interesados en casarse prefieren acudir a la vía civil. Así, en la última década se observa una evolución de casi el 66% en esta senda de acción, elevándose el número de enlaces por esta vía de 1.859 en 2001 a 3.089 en 2011.

Para el catedrático de Psicología Social de la Universidad de Málaga (UMA); Luis Gómez Jacinto, esta reducción de las bodas, ya sean civiles o religiosas, es producto, entre otras razones, de cómo se han ido agravando "los problemas económicos de las personas, que tienen las dificultades a la hora de plantearse el casamiento". Aunque ello no implica, precisa el experto, que los ciudadanos huyan de la unión con otra persona. "Está claro que si en el año 1976 o 1977 la modalidad habitual era el matrimonio, ahora hay una mayor diversidad de fórmulas; la gente se sigue emparejando, se sigue enamorando, y hace planteamientos de convivencia, aunque es probable que a menos largo plazo", apostilló.

La visión del Obispado de Málaga coincide en algunos elementos. Un portavoz de la institución apunta a "la presión económica" como uno de los factores que puede estar pesando sobre las parejas a la hora de optar por la vía del matrimonio. Aunque no la única. "La tendencia puede obedecer a la nueva configuración social que se experimenta en España fruto de la coherencia con la que las parejas acceden al sacramento del matrimonio, a que hay parejas que ya han celebrado el matrimonio por la Iglesia y pretenden rehacer su vida con otra pareja diferente y no se declaró su matrimonio como nulo", indicaron.

En el marco de estas nuevas modalidades de unión hay que mencionar las parejas de hecho y, de otro, los matrimonios civiles de parejas del mismo sexo. En el primero de los casos, la tendencia se mantiene intacta en los últimos años registrados. En este sentido, las estadísticas de la Junta de Andalucía situaron en 1.004 las uniones de hecho en la provincia en 2010, mientras que en 2009 fueron 1.017 y en 2008, 983.

El sube y baja es la constante en los matrimonios homosexuales. En 2005, primer ejercicio en que se permitieron estos enlaces, en Málaga se contabilizaron 33 uniones (23 de ellas de varones), mientras que en 2011 han sido 152 (103 varones). El pico tuvo lugar en 2006 con 220 matrimonios de personas del mismo sexo. Un elemento a destacar es que de las 870 bodas civiles de mismo sexo realizadas en la provincia, 636 tuvieron como protagonistas a hombres, lo que supone el 73% del total.

La idea de que las uniones de las parejas son menos extensas en el tiempo contrasta, por ejemplo, con los datos de divorcios, nulidades y separaciones. En términos generales, estas fórmulas de ruptura se han ido moderando en los últimos años, coincidiendo, justamente, con los peores momentos de la económica de las familias. En la provincia, los datos del Instituto Nacional de Estadística elevan a 3.871 los divorcios ocurridos en 2011, algo superior al periodo anterior, pero muy por debajo de los 4.712 de 2006. Algo semejante ocurre con las separaciones. El año pasado se registraron 269, frente a las 657 de 2006.

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