ECONOMÍA | LOS EFECTOS DE LOS RECORTES EN LOS HOGARES DE MÁLAGA

Unas fiestas sin extra

  • El comercio será el sector más afectado por la supresión de la paga de Navidad. Los funcionarios reducirán los gastos para hacer frente al pago de seguros e imprevistos que cubrían con esa nómina hasta 2011

La cuesta de enero se adelanta este año a diciembre con la eliminación de la paga extraordinaria de Navidad, que en Málaga afectará a 126.400 empleados públicos, según datos aportados por el sindicato CSI-F. A medida que se acercan las fiestas navideñas y resultan más evidentes las consecuencias que tendrá la supresión de este complemento, crecen la indignación y la impotencia de los afectados. Como estrategia de ahorro, los trabajadores públicos consultados por este periódico optarán por reducir al mínimo los gastos que suelen generar las tradicionales Pascuas y, de esta forma, poder hacer frente al pago de seguros y a otros imprevistos de manera más holgada.

Julián Sesmero, funcionario del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre desde 2007, explica que la eliminación de la extra de diciembre supone "todo un revés" para su economía familiar, sobre todo teniendo en cuenta que su mujer, en paro desde el pasado mes de abril, ha agotado prácticamente la prestación por desempleo. La familia ha diseñado una exhaustiva hoja de ruta a seguir estas Navidades para contrarrestar los efectos de los recortes, que asume con "enfado" y "resignación", puesto que, según defiende Julián, los empleados públicos no son "delincuentes". "Los Reyes Magos van a venir más pobres que nunca; apenas pasarán por casa, excepto para el peque. No haremos menú especial en los días señalados ni gastos superfluos de comidas de empresa o familiares. Hemos dejado de ir al cine y de comprar libros y ropa. También está prohibido tirar de tarjetas de crédito y solo mantenemos un teléfono móvil de contrato", señala. Pero, además, la necesidad de solventar una avería del coche le ha obligado a aplazar una visita al odontólogo, que podría suponerle un inesperado desembolso de 900 euros. Eso sí, Sesmero reconoce que la mayor parte de su presupuesto, unos 250 euros para todas las Navidades, irá destinada a la alimentación. La explicación es sencilla: "No gastaremos más porque las fechas especiales merezcan un gasto adicional. Lo que ocurre es que los negocios aprovechan para subir todos los precios".

Al igual que la mayoría de los afectados, Sesmero considera que la supresión de la paga extra no es más que un parche, un tratamiento poco eficaz porque sigue sin atajarse el problema de raíz. "Ha sido un palo injusto, innecesario y abusivo. El Gobierno tendría que revisar la aplicación de esta medida en función del estado de las arcas públicas de cada institución. No es lo mismo un Ayuntamiento con liquidez que uno con deudas insalvables", asevera.

Este año serán menos los regalos que aparezcan junto al árbol de Navidad en la mañana del 6 de enero. Pero casi todos los funcionarios encuestados coinciden en declarar que los más pequeños no tienen por qué pagar las consecuencias de la crisis, como defiende Isabel Gómez, madre de un niño de 4 años. "Mi hijo tendrá lo que necesite. No voy a escatimar en regalos para él, aunque tampoco tiene caprichos caros", reconoce. A pesar de que en su casa disponen de dos sueldos, esta profesora de Educación Especial del colegio público Manolo Garbayo afirma que su situación económica se ha resentido: "Son 3.000 euros los que en nuestro caso vamos a perder estas Navidades, que se unen a los recortes que ya hemos sufrido". El método de ahorro más eficaz de su familia pasa por aprovechar las ofertas que los comerciantes y las empresas distribuidoras de productos navideños llevan lanzando desde hace varias semanas. "Para la compra de juguetes, hemos encontrado descuentos en grandes superficies que después podremos utilizar en productos de primera necesidad, como la leche", detalla.

Frente a los recortes salariales aprobados por el Ejecutivo, Isabel subraya la necesidad de impulsar estrategias encaminadas a estimular la creación de empleo, pero también ve oportuno reducir el presupuesto de partidas superfluas o menos necesarias. "No entiendo por qué con nuestros impuestos tenemos que sufragar, por ejemplo, el comedor de los alumnos cuyos padres no están trabajando, además de pagarles también las actividades extraescolares. Las ganancias se las llevan las empresas privadas que contrata la Administración y, con este comportamiento, solo estamos enriqueciéndolas", añade.

La suspensión de la paga extra de Navidad, según anunció Rajoy el pasado mes de julio, será compensada, a partir de 2015, con la correspondiente aportación en forma de fondo de pensiones. Una promesa de la que recelan muchos funcionarios, como Pedro Ponce de León, que imparte clases de Historia en un instituto de Málaga. "Ya no será lo mismo porque el valor monetario y el nivel de vida cambiarán dentro de tres años. Además, no tengo la certeza de que alguien me vaya a pagar cuando me jubile. Por otro lado, habrá que ver si nuestras condiciones laborales se vuelven a equiparar a la media. Es difícil conquistar de nuevo lo que teníamos. Vamos de recorte en recorte", se lamenta este docente, padre de familia. También él se verá obligado a sacar la calculadora y empezar a cuadrar cuentas para estas celebraciones. "Los postres de las comidas navideñas los haremos nosotros, en lugar de comprarlos", comenta.

Salvador Rueda, centro en el que trabaja, lejos de incitar a un consumo desmedido, ha propuesto este año una curiosa iniciativa como medida anticrisis: celebrar la tradicional comida de Navidad en su propia cafetería, lo que supondrá a los trabajadores comer por menos de 10 euros. "Para pasar un buen rato no es necesario gastar mucho dinero", defiende Pedro. Este profesor comparte con el resto de empleados públicos su malestar por la "fama inmerecida" que la propia sociedad les ha creado. "La labor del funcionario está mal vista, parece que no cumplimos con nuestro trabajo. En mi caso, tengo media hora para desayunar y, cuando suena la sirena, me esperan más de 30 alumnos. La gente, que piensa que vivimos del cuento, no es consciente de la importancia que tiene el sector público, desde la sanidad hasta la educación. Confío en la profesionalidad de cada uno", manifiesta.

Antonio Osorio, responsable de Sanidad del sindicato CSI-F, asegura que durante estas fiestas solo gastará "lo imprescindible". "Serán días entrañables, pero en conjunto resultarán unas navidades muy pobres. Abriremos una botella de vino y poco más. La reducción del sueldo que llevamos padeciendo supera el 30%", se lamenta. En su caso, la paga adicional de diciembre le permitía, además de comprar regalos, disfrutar de unas pequeñas vacaciones en algún pueblo de la geografía andaluza junto a su familia. La situación de "inseguridad", sin embargo, les obligará este año "a ser prudentes". La crisis, desde su punto de vista, puede ver nacer una nueva generación de menores más conscientes del valor de las cosas. "Tengo tres hijos, pero ellos son sensibles a la situación y cualquier regalo les hace mucha ilusión. Les aconsejaré que a los Reyes Magos también les pidan fe y esperanza en un futuro mejor y que sean luchadores en la vida", afirma.

José Manuel Burgos, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Málaga, explica que en su sector la gente se encuentra "muy desanimada", dado que los recortes salariales, que se suman a la eliminación de varios complementos y retribuciones por las guardias, han provocado que el último año y medio haya sido "a la baja". Hablar a estas alturas de presupuesto navideño resulta, en su caso, algo "implanteable", aunque la perspectiva, dice, es "de gastar menos".

La nómina total de los empleados públicos es la parte más abultada del gasto conjunto de las administraciones españolas. Un argumento con el que el Ejecutivo pretende justificar la batería de restricciones que en los últimos dos años han sufrido los funcionarios. Suprimirles la paga de Navidad conlleva un recorte de la nómina bruta anual de entre un 5 y un 7%, puesto que en la extra no se cobran los complementos del salario. Esta medida se añade a la rebaja media del 5% que José Luis Rodríguez Zapatero decretó en mayo de 2010. Además, muchos trabajadores autonómicos han papadecido también los recortes decretados por sus respectivos gobiernos. "Estoy indignado [expresa Elías, nombre ficticio con el que un policía local de Málaga prefiere ocultar su identidad]. No solo los funcionarios tenemos la obligación de solucionar los problemas. Los políticos también deben recortarse el sueldo y así poner su granito de arena. Muchos gerentes y cargos de confianza se están llevando nuestro dinero". Según dijo a este periódico, varios de sus compañeros contemplan ya la posibilidad de solicitar un préstamo bancario para poder sacar adelante a sus hijos. Y no solo eso. Los casos de delincuencia están aumentando como consecuencia de la crisis, pero también por la falta de recursos que, según afirma, padecen los cuerpos policiales, algo que dificulta las labores de seguridad.

Carmen, su compañera sentimental, se siente especialmente molesta por la "aversión general que existe contra los empleados públicos", ya que, en su opinión, los ciudadanos "aplauden" los recortes de profesionales "que se han esforzado" en conseguir su empleo. Esta funcionaria interina comenzó a trabajar en el sector público en 2009 tras aprobar -sin plaza- dos oposiciones de Educación Secundaria. Desde hace unos meses, está desempleada y el próximo mes de abril dejará de cobrar el paro, lo que agrava su situación. "Las fiestas que ahora vienen serán muy diferentes a las del año pasado. Saldremos menos, esperaremos a las rebajas para hacernos los regalos y compraremos vales para utilizar después del día de Reyes", asegura. La pareja se ha propuesto este año gastar "lo justo y necesario", concretamente unos "300 ó 400 euros menos" que en 2011.

Para Gabriel Sánchez, funcionario de la Administración de la Junta desde hace 22 años, la supresión de la paga extra significa "no celebrar la Navidad". Una medida que considera "injusta", ya que ni siquiera, según subraya, los trabajadores han sido "advertidos". "Nuestro sueldo es la caja de ahorros del Gobierno. Son muchos los matrimonios a los que le resultará difícil disfrutar de las fiestas, salvo que dispongan de ahorros. Con lo que nos pagan es imposible", recalca este empleado público. "¿Presupuesto para estos días? Ninguno. Habrá que apretarse bastante el cinturón y eliminar por ejemplo las reuniones típicas con los amigos", explica. Gabriel también se lamenta de las afirmaciones lanzadas por diversas autoridades en las últimas semanas: "No hemos vivido por encima de nuestras posibilidades ni consumido desaforadamente. Sabemos lo que ganamos y nos ajustamos a ello. Nos sentimos impotentes porque estamos viviendo con un sueldo que corresponde a 2005 ó 2006". Su caso es el de un funcionario soltero que tiene "el deber moral" de ayudar a algunos de sus familiares que se encuentran en el paro. "Muchos vivimos al día. No son pocos los pensionistas que se ven obligados a mantener a sus hijos y nietos. En mi familia hay gente desempleada y tengo que echar una mano", sostiene. 

Las previsiones de cara a los próximos días tampoco son nada halagüeñas para la familia de José Manuel Luque, trabajador público de la Administración desde 1999. "La eliminación de la extra nos fastidia mucho. Era una cantidad destinada al consumo, se gastaba de forma íntegra. Este año, ni siquiera nos regalaremos entre mis hermanos, solo a nuestras madres y a los sobrinos, que también recibirán menos. Nos estamos organizando para compartir gastos en la cena de Nochebuena. Soy de las pocas personas que aún manda christmas navideños, pero a partir de ahora no lo haré", indica este trabajador, que tampoco tiene intención de invertir un solo euro en las rebajas. "Hemos perdido una barbaridad de dinero, un 10 ó 15% de poder adquisitivo y no pienso comprar nada", afirma.

Presupuesto navideño

Más allá de las dificultades económicas que miles de familias padecerán durante estas fiestas, el comercio resultará ser el sector más dañado por los efectos de los recortes salariales. Desde que el pasado 1 de diciembre comenzara la campaña de Navidad para animar las compras, los negocios mantienen ofertas que en muchos casos llegan al 50%. Pero ni siquiera esta guerra de precios parece devolverles la esperanza a los vendedores en una temporada en que la crisis vuelve a estar presente. Según las estimaciones de la Federación de Comercios de Málaga (Fecoma), el 45% de los empresarios encuestados prevé unas navidades "malas", con una caída del consumo respecto al año pasado que oscila entre el 15 y el 25%. Sin embargo, solo el 15% de los entrevistados espera que las ventas resulten "buenas". Las razones que explican este pesimismo responden, en gran medida, a la incorporación de los comercios asiáticos y, en el 65% de los casos, a la crisis.

Cada malagueño, según los cálculos de Fecoma, destinará a las Pascuas una media de entre 30 y 50 euros, lo que supone un descenso respecto a años anteriores, mientras que el presupuesto global de las familias ascenderá a unos 200 euros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios