El barro fue pasando de mano en mano. La técnica, enseñada a fuego. Y el diseño recreándose ladrillo a ladrillo desde hace trece siglos. Fueron los árabes quienes aprovecharon la calidad que tenía el barro rojo de Vélez-Málaga para hacer de ella su industria más fuerte: la de tejares, ladrillo y cerámica constructiva. La crisis tampoco ha respetado su trabajo. Como muchas otras empresas artesanas, no atraviesa su mejor momento. Lejos quedó 2007 cuando la capital de la Axarquía contaba con 48 tejares en las que trabajan más de 500 familias. El volumen de negocio anual rondaban los 12 millones de euros. Ahora, según la Asociación de Ceramistas Artesanos Veleños, el 70% de los tejares que funcionaban en Vélez-Málaga hace cinco años han cerrado sus puertas por la crisis en el sector de la construcción. Ya sólo quedan 16 empresas. No más de treinta personas trabajan en ellos.

En los últimos años han estando subsistiendo gracias a las exportaciones o han buscado nuevas líneas de negocio a través de la elaboración de piezas decorativas o con trabajos en esmaltado. Por eso, les ha caído como soplo de aire fresco que la Consejería de Turismo y Comercio haya declarado al municipio de Vélez-Málaga -junto a la zona de Ubrique- como nuevas zonas de Interés artesanal de Andalucía. Éstas son de carácter indefinido y tienen como objetivo "identificar los diferentes oficios artesanos existentes a partir de su especialización territorial y reconocer la importancia económica de esta actividad". Estas incluidas en el Plan Integral para el Fomento de la Artesanía para "mejorar la identificación de áreas de actividad características, los sistemas de producción y comercialización, así como la difusión de los productos".

Por eso, desde la Asociación de Ceramistas Artesanos Veleños creen que esta designación les ofrecerá nuevas opciones que les permitirán diseñar estrategias comunes para mejora la situación en la que se encuentran. "Estamos muy interesados en desarrollar un proyecto conjunto para ver si la Junta de Andalucía nos puede pegar un empujón y hacer con ellos algún tipo de promoción comercial que nos permita remontar la industria del ladrillo", manifestó Francisco Gámez, presidente del colectivo. En concreto, la declaración correspondiente al municipio de Vélez-Málaga aglutina a 14 talleres, de los que 10 se dedican a trabajar la cerámica constructiva y ladrillería, dos a vidrieras artísticas, uno a bordados y otro a modistería. "A nosotros nos gustaría reunirnos con la Consejería para ver qué posibilidades tenemos de realizar un estudio que aglutine al mayor número de empresarios con la intención de conseguir difusión en el extranjero", añadió Gámez consciente de que es una oportunidad para la promoción y mejora de la comercialización de los productos artesanales.