Ya lo tiene todo listo. Ha elegido un buen traje - pantalón marrón y camisa rosa- que se compró en su último viaje a Italia. Ha seleccionado con esmero la colorida decoración del salón de ceremonias y el menú que degustarán sus "dolientes". Su hijo y sus nietos ya han volado desde Inglaterra. El féretro se lo han prestado. Eileen Busch ya está preparada para presenciar su propio funeral.

"Es divertida, entusiasta y optimista", coinciden todos sus amigos al describir a Eileen que hoy, aprovechando que es su 80 cumpleaños ha decidido organizar su funeral. Quiere agradecerles el cariño que ha recibido de todas las personas con las que ha compartido su vida. "No, no estoy lista todavía pero para mí ha sido un milagro que haya llegado este momento. Algo que agradezco todos los días de mi vida", comenta esta británica quien siempre había pensado que no iba a llegar a los 50 años. Desde muy pequeña, aquejada de numerosas enfermedades, ha estado ingresada en hospitales, y los médicos no le auguraban una vida larga. "He estado más tiempo en el hospital que en casa. Ahora es el momento de agradecerlo. Estoy muy ilusionada, y además voy a tener la oportunidad de escuchar en vida lo que mis amigos y familiares dirían de mi", explica Eileen que ayer ya recibía a los primeros invitados. Entre ellos su hijo. "She is crazy [ella está loca]", comentaba divertido la ocurrencia de su madre. "Siempre he estado loca y no voy a cambiar ahora", apostilla ella, quien actualmente se ayuda de una muleta para caminar por un problema en las rodillas. "He estado practicando para poder pasar toda la noche bailando y no perderme ni un momento de la fiesta", cuenta.

Dice que su vida siempre ha sido "multicolor" por eso los invitados no tendrán que ir de luto riguroso. El negro debe quedar fuera para dar paso a los colores de los globos y elementos decorativos que se mezclarán con las coronas mortuorias. Sonará música en directo del cantante Darry Marx que emulará a Frank Sinatra. La ceremonia la ofrecerá a las siete y media de la tarde, el pastor Brawn que reside en Canillas. Sus amigos y familiares portarán el féretro y recordarán "quien fue" Busch. Los 62 comensales se repartirán en mesas que representa una etapa de su vida. La última son sus vecinos de Cómpeta: la señora de la frutería o el del banco, son algunos de los invitados. "Para los españoles es más raro, pero no para todos aquellos que la conocemos y sabemos cómo es su personalidad. Además, hay que tener en cuenta, que los británicos no tienen tanta superstición con la muerte", explica su amiga Lisa Edelman, propietaria de la tienda "La Boutique de Cómpeta" quien le ha ayudado a decorar el evento.

Eileen llegó hace diez años a Cómpeta. Llegó para pasar unas vacaciones en el Hotel Balcón de Cómpeta. Tanto le gustó el lugar que decidió comprar un terreno para hacer una vivienda en la que ha permanecido durante esta última década. "Dice que nunca ha estado más feliz y que por eso es el momento apropiado para celebrar su vida", explica su amiga. Eileen ha trabajado de enfermera, en el famoso café Hard Rock y fue propietaria de una tienda "pink" en la que sólo se podían adquirir diseños de color rosa. Y así es como recibirá su responso y proclamará su felicidad por estar viva. "Qué no estoy muerta, que es una broma", exclamará entre coronas.