En el parking del edificio negro los trabajadores no tienen que pagar -como en el de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga-, pero deben madrugar. Al menos si quieren conseguir una plaza de aparcamiento. Las instalaciones cuentan con un parking subterráneo de tres plantas con sitio para 266 coches, según recoge el plan de protección del inmueble. Durante mucho tiempo se estuvo superando con creces el aforo. En más de 100, según algunos trabajadores. Los funcionarios que llegaban más tarde dejaban sus vehículos en doble fila y sin el freno de mano. La falta de aparcamiento en el entorno llevaba a aplicar la norma con mucha flexibilidad para facilitar la vida de los trabajadores de la casa.

Pero con la política de la Junta de Andalucía de recortar alquileres para reducir el gasto, el edificio cada vez está más aprovechado. Lo que supone más trabajadores y más vehículos. Porrazos entre coches dejados sin freno, rayones, retrovisores rotos por la falta de espacio, motos tiradas al suelo, vehículos aparcados en las rampas entre una planta y otra indicaban que la situación se estaba desbordando.

Por ello, la Administración autonómica ha decidido poner un cupo: los 266 aparcamientos que fija el plan de protección. Pueden aparcar gratis algo más de 200 funcionarios porque hay medio centenar de plazas para los coches oficiales de los inspectores y técnicos que tienen que salir al terreno a hacer su trabajo. Solo los dos delegados con despacho en el edificio negro -la de Educación y el de Agricultura- tienen reservada una plaza. El cupo de las 266 plazas se aplica desde el pasado 22 de febrero. Cuando se cubre, se cierra el parking. Algo que se produce sobre las 7:45. Antes de esa fecha, cuando se excedía el aforo en algo más de 100 coches, el aparcamiento se cerraba cuando ya no cabía un alfiler; lo que ocurría sobre las 9:00.

"Pretendiendo la seguridad y la igualdad de todos, en Málaga, los funcionarios de la Junta a las 7:30 están el 90% en sus puestos. Para aparcar. Sin que sea por el decreto de ampliación de jornada", apuntaba el administrador del edificio negro, Manuel López. López aclara que no hay privilegios, que la entrada es por estricto orden de llegada desde el auxiliar al secretario general de una delegación. "Se trata de que estemos a gusto, pero seguros. No había más remedio que hacerlo y hay que cumplirlo porque lo exige el plan de protección. Es la ley", añadía.

Debido a la concentración de funcionarios en el edificio, en los últimos meses se ocupó la planta 14. Desde que se fue la Delegación de Vivienda estaba vacía. Ahora la ocupan los funcionarios de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Más empleados, más vehículos. En la séptima había libre media planta en la que ahora está la Organización Comarcal Agraria. En total, en el edificio trabajan unos 700 funcionarios.

"Llevaba años desbordado, pero ya en el último tiempo empezaba a plantear problemas de seguridad", reconocía un vigilante que añadía: "Hay funcionarios que llevan 30 años en el edificio y se ven con derecho a un aparcamiento. Poca gente comprende que hay un aforo". Además del cupo, se han hecho otros cambios. Como crear una zona dentro del parking para bicicletas -que no existía- y otra para una decena de motos. Un semáforo indica cuando hay sitio. Se pone rojo una vez que se ha completado el aforo. El parking es gratuito y solo para los trabajadores del edificio. Los usuarios que acuden al inmueble no pueden utilizarlo. Los vehículos oficiales de la Junta o de otras administraciones pueden aparcar en la explanada que hay frente a las escalinatas mientras realizan la gestión que necesiten.

De momento, el cambio no parece haber generado muchos problemas. Pero justamente se ha hecho coincidir con la semana blanca en que hay algunos funcionarios con que se han tomado algunos días de descanso. El lunes que viene se verá el efecto real de la medida. Y el conductor 267 y los que le sigan se arrepentirán de no haber madrugado.