Málaga

Los empresarios bajarán la altura de los chiringuitos y no usarán la terraza

  • El colectivo defiende que el proyecto se ajusta a la legalidad y admite que pretendían dar uso hostelero a la cubierta El alcalde proponer reducir el impacto con "buganvillas"

Los empresarios de playa de la zona de La Caleta y La Malagueta de la capital están dispuestos a rebajar la altura de la chimenea y el montacargas de la parte superior de los nuevos chiringuitos por sobrepasar lo permitido por la Junta de Andalucía y la Demarcación de Costas, y se comprometen a no usar la terraza que sí reconocieron que tenían proyectada en la cubierta. Sin embargo, sí pretenden obtener autorización para ocupar cien metros cuadrados más de la playa para colocar mesas y sillas fuera del establecimiento.

Tras las críticas suscitadas por el diseño y el impacto visual que generan los siete chiringuitos que se están edificando en el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, el colectivo convocó ayer a los medios de comunicación en uno de ellos para explicar sobre el terreno su postura y aclarar que las obras son "totalmente legales porque tienen la bendición de todo el mundo y el que diga lo contrario está mintiendo". Fueron las palabras del presidente de la Asociación de Empresarios de Playas (Aeplayas) de Málaga, Manuel Villafaina, que dijo que "hemos asumido de siempre que la terraza no se va a usar, otra cosa es que no estemos de acuerdo".

Sin embargo, pese a las reiteradas advertencias tanto de la Demarcación de Costas como de la Junta de Andalucía de que la parte superior de los chiringuitos no podrá tener este uso, la construcción que se está llevando a cabo indica lo contrario. Por uno de los laterales se ha construido una escalera que da acceso a la parte de arriba, el suelo que se ha colocado en la cubierta es exactamente el mismo que decora el interior del establecimiento y se edificado un torreón para instalar un montacargas para conectar con la parte de abajo.

Según Villafaina, "¿qué malo tendría colocar cuatro o cinco mesas arriba? Los malagueños se están perdiendo unas vistas magníficas". Eso iría contra lo autorizado por Costas, la Junat y Urbanismo. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que ayer se pronunció por primera vez sobre este asunto, aclaró que el Ayuntamiento es partidario de "tener la ocupación bajo techo, sin terrazas, para no generar impacto de ruido para los vecinos". También se comprometió a "eliminar todos los casetones que sean necesarios y a que las bombonas estén en un cuartito en la zona de los servicios, de manera que no haya que acceder a la parte de arriba".

A diferencia de lo que han defendido los empresarios de playas sobre los aseos, colocados fuera del chiringuito y con una ocupación de 30 metros cuadrados, De la Torre dijo que quizás "estéticamente sí queda mejor que estén unidos como estableció la Junta, en lugar de separados", porque en su opinión eso "da la sensación de más grande y se crea una realidad de una longitud y un volumen algo mayores".

Como solución al impacto visual que generan, al alcalde solo se le ocurrió proponer crear alrededor un entorno paisajístico "lo más acogedor posible con elementos vegetales como trepadoras o buganvillas, que den un toque de frescura". Una actuación para la que, incluso, propuso que se podría convocar un concurso de ideas con el que "crear un paisaje que suavice las formas de los propios chiringuitos" una vez que esté terminada la obra.

En cuanto al diseño en sí de estos chiringuitos, obra de los arquitectos Nieves Pastor y Enrique Martín, el alcalde malagueño reconoció que "me parecía mejorable", aunque pidió "esperar a su terminación porque el artista que ha diseñado algo lo quiere completo para que se pueda opinar". Sin embargo, afirmó que "se podía haber hecho mejor de como puede quedar, no digo que no, es una cuestión opinable".

Su concejal de Playas, Teresa Porras, en cambio, sí defendió el diseño de los nuevos chiringuitos que incluso incluía inicialmente la construcción de un techo en forma de vela y que fue desechado por la Junta de Andalucía por sobrepasar la altura. Aún así, la edil también pidió esperar a que la obra esté terminada para opinar sobre el resultado y se comprometió a asumir "lo que diga la Junta pero cuando lo haga por escrito y conteste al documento que le enviamos el 20 de marzo sobre algunas modificaciones".

De momento, estas cuestiones están en estudio a pesar de que los primeros chiringuitos pretenden estar listos para abrir al público en unos 25 días, mientras que los que están más retrasados lo harán en aproximadamente un mes y medio.

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