Málaga

"La situación actual es cien veces más explosiva que la de Mayo del 68"

  • Este experto, que ayer dio una conferencia en la facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga, asegura que Europa "se ha convertido en una máquina de hacer nacionalistas"

-Es un momento difícil para ser político. Estamos en la peor crisis de las últimas décadas.

-La primera dificultad es que no queremos comprender el mundo en el que estamos. Es un problema que se plantea sobre todo en Europa. Tenemos que comprender la mundialización pero parece que hay miedo a hacerlo. Europa sigue anclada en el congreso de Viena de 1815. Hay que tener en cuenta a las potencias emergentes.

-En plena crisis económica, cada país está velando por sus intereses. ¿Puede haber una mayor ruptura internacional?

-Ha puesto el dedo en la llaga. En la crisis europea que vivimos se está haciendo lo contrario de lo que se debería. Europa se ha convertido en una máquina de hacer nacionalistas. Hace 30 años Alemania se dedicaba a la exportación y a los países del sur de Europa se les incitaba al consumo y la importación. Para Alemania era una política expansionista y para el resto una política de dependencia. Hay que distinguir entre solidaridad y caridad. El proyecto económico europeo es un todo y no puede ser divisible. Lo que ocurre en la economía española, griega o francesa es un problema de Europa. Si se va hacia la caridad esto no funciona. Por otra parte, se ha pensado que se podía hacer una integración económica sin hacer una política y eso es un gran error. Ahora se vota en las naciones pero se decide en las cumbres europeas y eso produce una banalización de la política y una vuelta al nacionalismo porque la gente no se siente representada con las decisiones que se toman en las cumbres. Eso lleva a un identitarismo, promovido en muchos casos por empresarios que quieren sacar partido, que puede llevar a la xenofobia y al racismo y eso es un peligro importante.

-En Grecia, España, Portugal o Italia se le echa la culpa de todo a Angela Merkel.

-Ha ocurrido algo muy grave por iniciativa de Merkel y apoyada por Sarkozy. Ha habido dos golpes de estado en democracias europeas. En Italia se sustituyó a Berlusconi por Monti en Italia y Papandreu fue reemplazado por Papademos en Grecia. Alemania ha usado su poder para imponer su visión. Eso va contra la democracia e impone a Europa un modelo que funciona en Alemania, pero es un contrasentido pensar que también va a funcionar en España, Italia o Francia. Si se disminuye el gasto público y se aumenta la presión sobre los consumidores esto va a provocar una caída del consumo y un aumento del déficit. Esto es de cajón. Es un círculo vicioso.

-Hay división interna e incluso ciertos países amenazan con salir del euro ¿está en peligro el futuro de la Unión Europea?

-La Unión Europea está en peligro desde hace 10 años. De hecho, no funciona desde hace 10 años. Se ha puesto al frente de la UE a personajes que son débiles e incompetentes como Durao Barroso y eso permite reforzar la soberanía de los países más grandes y ricos. Desde hace 10 años no hay progreso en la integración política, estamos pagando una ampliación no bien reflexionada y la UE como tal es una ilusión institucional. Hay que buscar la fórmula para sacar a la UE del agujero en el que está sumida.

-Comentaba usted que son las cumbres europeas las que toman las decisiones. El anuncio de quitar ahorros en Chipre ha creado pánico en toda Europa, sobre todo cuando se dejó ver que podría afectar a otros países y cuando un día se decía una cosa y al otro la contraria. ¿Qué piensa usted?

-Estoy escandalizado por no decir algo más fuerte. Son dos locuras. Llevo 40 años enseñando ciencias políticas y el concepto que explica esto es la incompetencia. En este caso además es compartida por personas supuestamente cualificadas. Esto ha asustado mucho a los pequeños ahorradores y no encuentro una explicación. Si algún lector de Málaga Hoy sabe la respuesta que me la haga llegar que la leeré con mucho gusto.

-Las cumbres europeas duran muchas horas. Incluso acaban de madrugada y se toman decisiones como la de Chipre. ¿En manos de quién estamos?

-No hay que bloquearse con el concepto de incompetencia. Lo que está pasando ahora con nuestros dirigentes es lo mismo que ya pasó en EEUU antes de 1932 o en Europa en la crisis de los años 30. Hay que pensar que estamos en un mundo nuevo y estos dirigentes no quieren verlo. Ante la globalización, en Europa se ha practicado la política del avestruz, escondiendo el pico. El mundo era bipolar hasta la caída del muro de Berlín en 1989. Ahora hay actores nuevos en la esfera internacional que sí comprenden la globalización, como los dirigentes chinos, turcos o brasileños, y están sacando provecho.

-Bajando a la arena diaria, ¿por qué están los políticos tan mal vistos?

-Hay una fisura entre el político y la sociedad y eso nunca ha ocurrido en la historia de Europa desde que hay democracia. Los políticos no han comprendido los cambios que ha habido en la sociedad. Hay una crisis conservadora dentro de la clase política porque, para que éstos dieran respuestas a la nuevas realidades, tendrían que transformarse y perder sus prebendas. La lógica de la política es autónoma de la sociedad. Los sondeos demuestran en Europa que hay un aumento preocupante de la abstención y una reducción del número de militantes. Son indicadores del divorcio entre la clase política y la sociedad pero no se quieren tener en cuenta. Los políticos saben que delante hay un muro con el que se van a dar de bruces.

-Por último, ¿qué le parecen los escraches que se están haciendo a políticos del PP por los desahucios?

-Cada vez disminuye más la creencia en el voto, la militancia y la acción sindical. Sin embargo, descubrimos que hay nuevas formas de denunciar o iniciativas originales. Esto puede llevar a acontecimientos inesperados. El Mayo del 68 nació más o menos así y no solo ocurrió en Francia sino que tuvo repercusión en Italia o EEUU. La situación actual es cien veces más explosiva que la de Mayo del 68 y podemos pensar que pueden crecer como setas nuevas manifestaciones políticas. Se pueden dar fenómenos grotescos como el de Beppe Grillo en Italia, que tiene un movimiento antisistema que no deja gobernar; el neofascismo como Le Pen en Francia; o algo que sería más sano y espontáneo como que se generalice el debate público, como ocurrió en Mayo de 1968, con los medios actuales. Esta tercera fórmula podría traer una renovación profunda de la práctica política y que entre aire nuevo.

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