Málaga

La nieve frena a las medusas

  • Un estudio determina que los aportes extra de agua dulce hacen que aumente la temperatura del agua del mar y aleja la barrera salina

Poco se sabe de por qué unos años llegan más a la costa y otros sin embargo apenas hay rastro de ellas. Pero quizás la nieve tenga algo que ver. Si las conclusiones de un estudio llevado a cabo por el Centro Oceanográfico de Málaga, en el que también han participado científicos del CSIC y las universidades de Málaga y Vigo, se demuestran con el trabajo de campo científico posterior se podría estar ante la solución de uno de los misterios mejor guardados de las medusas.

Los años que más nieva el agua del Mar de Alborán está más caliente y más dulce y, aunque cueste creerlo, esa particularidad del clima podría estar relacionada con la aparición de los temidos pelágicos en las zonas costeras. Pero no significa que haya menos medusas. Es una cuestión meramente natural y es que el aporte extra de agua dulce que se produce cuando se derrite esa nieve y llega al mar hace que la barrera salina que separa el agua costera de la de alta de mar quedé más alejada de la costa. Es decir, las medusas y su escasa capacidad de natación quedan limitadas a acercarse hasta la orilla dado que cuanta más agua dulce haya más lejos queda la barrera salina.

Todo fue descubierto casi por casualidad por la inquietud de un José Carlos Báez, un biólogo que trabaja como técnico para el grupo de túnidos en el Centro Oceanográfico de Málaga y que en 2011 realizó un estudio sobre los varamientos de las tortugas marinas, en el que comprobó cómo las oscilaciones atmosféricas eran las que empujaban a las tortugas marinas hasta esta zona del Mediterráneo en su afán de evitar las aguas frías y buscar las corrientes calientes para desplazarse. Pero se dio cuenta de que había años que se producían un mayor número que otros y quiso saber por qué.

"Me di cuenta de que las variables de temperatura superficial del mar de Alborán y la oscilación del Atlántico Norte -conocida como NAO y que juega un papel esencial en las fluctuaciones de las condiciones climáticas del hemisferio norte- interactuaban y fue mero interés científico lo que me llevó a estudiar sus efectos", explicó ayer el investigador a este periódico.

Para ello, los científicos tuvieron que analizar numerosos datos climatológicos y el resultado, que fue publicado ayer en la revista PLoS ONE, fue que el aumento de la temperatura del mar de Alborán no tiene que ver con el cambio climático sino con las oscilaciones del Atlántico Norte y del Ártico (AO). Cuando ésta última predomina provocando un ambiente más frío en las regiones polares, favorece ocasionales olas de frío sobre la Península Ibérica que si se combinan con precipitaciones favorecidas por la oscilación del Atlántico Norte puede dar lugar a la precipitación de nieve. Y es esta nieve que se acumula en las altas cumbres y, tras fundirse, en la primavera-verano del año siguiente, produce un aumento de la escorrentía de agua dulce hacia el mar y la densidad bloquea el afloramiento de agua más fría de los fondos más profundos del mar de Alborán, lo que se traduce en una mayor temperatura superficial del mar.

Ese fenómeno, según el investigador, repercute en todo el ecosistema marino debido a que el mar de Alborán "es un pequeño embudo con costas muy cercanas y con altas montañas a ambos lados que recibe un acumulo muy importante de agua después de inviernos en los que ha nevado". No solo las medusas se pueden ver condicionadas por este fenómeno, también la pesca, sobre todo, de los atunes rojos. Si el estudio científico está en lo cierto, el agua del mar estará algo más caliente este verano y las medusas no molestarán.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios