Todo hacía indicar que esta primavera iba a ser especialmente dura para los alérgicos y así parece que será. La abundante lluvia caída durante el invierno, la ausencia de ella desde hace varias semanas y las altas temperaturas de estos días han sido la combinación perfecta para que los niveles de polen se disparen en la provincia de Málaga este año. Hasta el punto de que en algunos casos se han duplicado con respecto a lo normal en esta época del año.

Los casos más llamativos son los de los pólenes de las plantas herbáceas, como las parietarias y las gramíneas, dos de las más alergógenas. Al haber llovido tanto, estas plantas han crecido sin control y de forma exagerada en muchos sitios y ha bastado que llegue el calor para que se produzca una explosión polínica como hace tiempo que no ocurría.

Pero este año se han conjugado todos los factores, y según explicó ayer la profesora del departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA) María del Mar Trigo, las concentraciones de polen en general están por encima de lo normal en otras plantas también bastante alergógenas como los plantagos y los quenopodios.

Y eso que la temporada polínica de este tipo de especies está empezando ahora. Los mayores picos, dijo la experta, aún están por llegar puesto que la floración de las herbáceas suele discurrir entre mediados de abril y llegar incluso hasta mediados de junio. Este año se ha adelantado varios días con respecto a lo habitual y puede que también se retrase su fin.

Todo dependerá, según Trigo, de lo que ocurra en las próximas semanas. Es decir, si llueve. Aunque en el caso de que vuelvan las precipitaciones lo único que ocurrirá a ciencia cierta es que se producirá un lavado atmosférico y un descenso del polen en las plantas al caerse por las lluvias, pero "solo será un parón temporal porque en cuanto deje de llover volverán a subir los niveles de polen", advirtió.

Mientras el suelo mantenga la humedad, algo que se presume que ocurrirá por las abundantes precipitaciones de los meses del invierno, las plantas seguirán produciendo polen. También los árboles, aunque en este caso las concentraciones polínicas se prevé que sean similares a los de un año normal.

El por qué de que en el caso, por ejemplo del olivo, el polen se mantenga a raya a pesar de las lluvias se debe a que "a diferencia de las plantas que crecen en cualquier sitio favorecidas por las condiciones climáticas, el número de árboles sigue siendo igual que el de otros años y por tanto su capacidad de producirlo", señaló la profesora de la UMA.

Aunque ya hay concentraciones especialmente altas, según el recuento de granos de polen en la atmósfera que se mide periódicamente, el mayor pico de unos y otros se espera para el mes de mayo. Será el punto de álgido de especies como las gramíneas y los olivos, a los que son sensibles el 80% de la población alérgica, por lo que los expertos recomiendan que empiecen a tomarse medidas.

Algunos de los consejos básicos para los alérgicos es que acudan a su médico y sigan al pie de la letra el tratamiento recomendado para minimizar los efectos, eviten la exposición en jardines o en el campo en las próximas semanas, y usen gafas de sol y mascarilla si es necesario.