Enrique Colilles Cascallar. Gerente cooperativa Trops

"Con el boom sufríamos más la crisis porque no conseguíamos mano de obra"

  • Asegura que las instituciones se están dando ahora cuenta de que tienen un punto fuerte en el sector agroalimentario y traza las claves del mercado actual ante una situación de crisis

SABE bien empezar con un dato optimista. En unos meses Trops celebrará el primer aniversario de sus nuevas instalaciones. Ampliarlas en plena crisis es un buen indicador de la capacidad económica de los subtropicales.

-Atravesamos una época económica muy mala aunque no lo es tanto en nuestro sector. Es un producto que tiene mucha demanda sobre todo porque es muy difícil producir a nivel mundial los que nosotros hacemos en Trops. La demanda está creciendo, y cada vez son más agricultores los que participan. Así que aunque el escenario general sea de crisis, no lo es tanto en este sector. Posiblemente cuando se produjo el boom inmobiliario nosotros sufríamos más la crisis ya que no conseguíamos mano de obra. La gente se iba a trabajar a la construcción y no podíamos crecer por falta de recursos humanos. Hemos llegado a traer polacos con contrato de trabajo y vivienda que por costes no nos hacía competitivos frente a terceros países. Ahora desgraciadamente hay mucha disponibilidad de personal porque hay mucho paro.

-¿Cómo se está comportando el mercado?

-Hay una contención en el consumo, y por tanto, en el gasto. El factor precio siempre ha sido importante no sólo ahora que estamos en crisis, sin embargo ahora se dibuja una nueva situación que permanecerá para siempre. Vamos a vivir en precio bajo y el consumidor pagará por productos Premium, es decir, por aquellos que tiene un valor añadido. En el caso de la fruta es tan sencillo como eliminar el factor suerte. Esto no es otra cosa que cuando vas a comprar sabes que es fresca, que va a estar buena seguro y que te la puedes comer en ese momento sin tener que esperar unos días a que esté en condiciones. Es un incordio comprar algo para no comerlo hasta cinco días después y tener que estar tocando la pieza para saber cuándo será posible. La fruta bajo la marca Trops asegura que está buena y lista para comer. Eso tiene un valor, porque de cada diez piezas, no tienes que tirar tres o cuatro, ahí tienes el 30 ó 40% del precio. Relación calidad precio, la mejor. En esa estamos y el mercado está respondiendo muy bien como se refleja en nuestras ventas y facturación. Nuestro precio medio de venta está subiendo por el valor que le proporcionamos al consumidor.

-¿Cuál es la diferencia con el que llega procedente de Israel, México, Perú o Chile?

-La calidad se presume en todos porque cumplen con la norma de calidad de la Unión Europea, pero nosotros damos algo más. Aportamos ese valor del que hablaba. En el mango hay un ejemplo muy claro: el que producen otros países es de mucha calidad pero no tanto cuando llegan a Europa. Nosotros lo que hacemos es que cuando el consumidor compra un mango Trops sabe que va a tener un sabor exquisito.

-¿Por qué se ha despertado ahora ese interés por los subtropicales?

-Porque cada vez hay mayor información. Medios como internet hacen mucho por la difusión y los consumidores comienzan a conocer que tienen unas propiedades saludables extraordinarias. También aprenden innumerables recetas muy fáciles de hacer, y sobre todo, porque están muy ricos, quienes lo prueban repiten. De esta manera está dejando de ser un producto exótico para ser de consumo diario. En Europa se consume triple, y aquí estamos creciendo. Hay una inquietud positiva con mucho potencial.

-¿Y eso se traducirá en puestos de trabajo?

-Sí que hay mucho trabajo, y hablamos también de trabajo especializado. Muchas veces nos cuesta trabajo encontrar el personal que necesitamos por la especialización y profesionalidad que requiere.

-Y los agricultores, ¿como pueden llegar a formar parte del Trops?

-Simplemente llamando. Es muy fácil de entrar a formar parte de Trops. Somos una asociación de agricultores. La dimensión empresarial es importantísima para poder tener poder de negociación y poder llevar a cabo procesos de investigación como en los que estamos inmersos. También lo es para la promoción de productos y para poder llegar a mercados que con poco producto no podríamos hacerlos.

-¿Es difícil coordinar una cooperativa en la que hay más de 1.800 socios? ¿Cómo trabajan?

-Con mucha transparencia. Pocas normas pero muy claras. Si todo el mundo sabe cómo hay que funcionar es muy sencillo. Todo el mundo tiene muy claro cuál es su papel y cómo debe trabajar. Ese es un potencial que tiene mucho valor en el mercado ya que comercialmente funcionamos como si fuésemos una sola finca productiva.

-¿Cuándo se dan cuenta que los subtropicales son rentables y que la Axarquía reúne unas condiciones excepcionales para su cultivo?

-El aguacate llegó a finales de los 80 y el mango a finales de los 90 pero su desarrollo fuerte a partir del 2000. Experiencias con aguacates hubo hace muchos años. Esta tierra era productora de fresa pero cuando se vio que no era competitiva con la de Huelva, se buscaron productos sustitutivos con cierto consumo en Europa que había promovido Israel.

-¿Cuál es el peso que tiene la exportación?

-Entre el 80 y el 90%. Son muchos los países que lo demandan como Francia, Alemania, Suecia, Dinamarca o Suiza. Tenemos clientes en 23 países. Tenemos todos los canales abiertos, quizás muchas veces se trata de estrategias. Hay mercados que no van tan bien como preveías pero los mantienes porque sabes que igual el año que viene pueden ser una alternativa interesante. Hay que tener miras a medio largo plazo.

-Es paradójico que la Unión Europea exija muchos controles, y sin embargo, no lo tenga sobre el origen en las etiquetas.

-Sería muy fácil. Tanto como acudir a un punto de venta y ver en la pizarra el calibre, la categoría y que el país de origen coincida con la procedencia de la fruta. Desconozco porque no se hace. Quizás no interese o no haya potencial recaudatorio.

-¿Tendría solución si se consiguiera la denominación de origen?

-Queda muy bien tener denominación de origen pero realmente con la normativa que existe, si se cumple, no es necesario para defender los intereses de nuestra producción. Podría servir para conseguir más recursos para la promoción pero no para evitar la comercialización de terceros países como producto de España. Por otro lado, una denominación de origen no deja de ser un reconocimiento voluntario que cada empresa decide o no aceptar. Tendría éxito si todo el sector quiere y para empezar en España no hay ninguna asociación que englobe a todos los comercializadores.

-¿Qué problemas tienen los subtropicales a la hora de su comercialización?

-En España, en esta situación de crisis, se habla mucho del sector agroalimentario, pero realmente la normativa no nos ayuda, nos pone trabas. En Europa se puede comercializar fruta que ha sido producida con determinados trazamientos que no están autorizados en España. Igual ocurre con los controles sanitarios, sufrimos plagas por productos o materia vegetal que entran de terceros países y que no tienen los correctos controles fitosanitarios en puertos y aduanas. Sufrimos enfermedades que nos merman la producción. En otros países hacen controles de materias orgánicas muy importantes, aquí no. En ese sentido, no estamos protegiendo nuestras producciones. Otros problemas son los de cualquier sector, encontrar clientes y que te paguen. Lamentablemente la dimensión empresarial de las agroalimentarias españolas sigue siendo marginalmente muy pequeño. Nosotros, con los subtropicales podemos tener cierto margen.

-¿Por qué estos aguacates y mangos son tan apreciados en el exterior y sin embargo no gozan del mismo reconocimiento en España?

-Afortunadamente cada vez lo tenemos más pero es cierto que el sector agroalimentario, que sigue dando empleo estable, nunca ha gozado de esa valoración que encontramos fuera. No dará márgenes increíbles ni han sido glamurosos pero nosotros llevamos 34 años en el mercado de la fruta y somos una referencia en Europa. Somos proveedores de las principales cadenas y aquí sin embargo no. No se pueden centrar en el precio independientemente de lo que haya en la caja. Yo espero que eso cambie.

-Las campañas del plátano de Canarias calaron.

-Sí que nos hemos planteado campañas de este tipo pero eso sería posible si existiese alguna asociación o el sector pusiese dinero para campañas que potenciaran el consumo de este producto. El plátano de Canarias es un ejemplo muy existoso. El 90% del consumo del plátano español es de Canarias. Desgraciadamente nuestro sector no tiene ni el dinero ni la voluntad para hacer campañas de promoción de consumo. Nos vendría muy bien para explicar cómo consumirlo. O sobre el mango que es un producto exquisito. Los hay de todos los sabores, ácidos, dulces.... Desgraciadamente, el que hemos consumido por aquí no ha sido mango de verdad, ha sido una fruta mal recolectada. Ahora hay que enseñar lo rico que está y cómo cortarlo. Es de las frutas más fáciles y agradecidas que hay. En el mango es donde tenemos nuestro mayor potencial de crecimiento.

-¿Y encuentran apoyo en las instituciones?

-Aguacate puso dinero para hacer campañas en los mercados pero fue como una gota en el mar. Ahora se está dando un reenfoque al desarrollo provincial y las instituciones se están dando cuenta que tienen un punto fuerte en el sector agroalimentario. Acciones como la que está llevando a cabo la Diputación con Sabor a Málaga las valoramos como muy positivas.

-También están empezando a ser productos fijos en las grandes cocinas malagueñas.

-Cada vez va a más. El aguacate es un producto que da mucho juego y tenemos muchos grandes cocineros en la provincia gracias a las escuelas de hostelería que cada vez están apostando más por los subtropicales en sus recetas. Nosotros publicamos dos libros con una gran variedad de ellas elaboradas por Dani García.

-Siendo del País Vasco, sabe bien lo que es ligar la gastronomía al turismo

-Para mí es una alegría que se esté ligando la gastronomía al turismo. Un ejemplo lo tenemos con Gastroarte. El sol tiene un valor incalculable para el turismo, sobre todo, para todos aquellos que somos de Despeñaperos hacia arriba. Pero sí además se acompaña de una oferta cultural como hay ahora en Málaga, y de una gastronomía muy buena, que ya se conoce y que cada vez se está potenciando más, se convierte en extraordinario. Para mí las mejores sardinas son los espetos a pesar de ser de Bilbao y tener familia en Galicia. Tenemos muchas cosas que hasta ahora no les hemos sabido sacar valor. Hay que abrir campos. Nosotros por ejemplo estamos organizando viajes de agroturismo en los que además de visitar el Museo Picasso pueden venir a conocer cómo se produce la fruta y degustarla. Igual ocurre con las bodegas. Esto sirve para que cuando vuelvan a sus países y las vean en los supermercados los recuerden y los consuman y alimenten nuestra economía. Una vez viniendo y otra comprando

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