Málaga

El monte Gibralfaro se convierte en escenario de rituales de santería

  • La Policía Local de Málaga inicia una investigación a raíz del aviso de este periódico, ya que los autores podrían estar incurriendo en un delito de maltrato animal al sacrificarse aves

Por la noche, en plena naturaleza y en un lugar cargado de simbolismo. El monte Gibralfaro de Málaga capital se ha convertido en los últimos meses en el escenario elegido para practicar ritos de santería, propios de tradiciones religiosas de origen africano y muy extendido en países del Caribe, que dejan restos de una macabra estampa con aves sacrificadas como principal ofrenda a las divinidades a las que van dirigidos.

El Grupo de Protección a la Naturaleza (Gruprona) de la Policía Local de Málaga ha iniciado una investigación a raíz del aviso de este periódico, que ha comprobado esta misma semana la existencia de restos de dos de estos rituales en puntos distintos del monte no muy alejados del camino principal.

Más allá de los problemas de suciedad y mala imagen que están generando estos actos en un lugar tan transitado por malagueños y turistas, el concejal de Seguridad en el Ayuntamiento de la capital, Julio Andrade, explicó ayer que los autores podrían enfrentarse a una denuncia administrativa por infringir el artículo 38.a de la Ley de Protección de los Animales al provocar la muerte de estas aves de modo injustificado, incluso a un delito de maltrato animal si la autoridad judicial lo estima.

Frutas, flores, cestos y objetos de muy diversa índole, como collares, pintalabios, esmalte de uñas y hasta un mantón de manila, componen uno de los escenarios encontrado en el monte tras un rito de santería. Todo forma parte de un orden estudiado y nada se dispone al azar. Vicente Jara, de la Red Iberoamericana de Estudios Sectarios -entidad formada en su mayoría por religiosos que estudian las sectas-, aseguró que se trata de "un ritual de consulta y petición de favores en los que un animal emplumado es ofrecido y en el que se han usado los diloggun, también llamados caracoles o conchas, de cara a los orishas que son las divinidades a los que se dirigen".

Por la disposición de los elementos, el experto señaló que está dedicado a Shangó, orisha de truenos, la danza y el fuego. Estas ofrendas se suelen realizar en una cesta en la que se introducen los elekes (collares de color rojo y negro), rosas y manteles rojos, un plato, un plátano, harina, leche, alpistes, cebadas y maíz. "Todos símbolos propios de las ofrendas a esta divinidad", dijo Jara. Aparece además licor, usado para el soplado al animal a la hora de sacrificarlo, así como una vela, fruta, flores y un abanico propio de la santería.

Sin embargo, la presencia de un mantón de manila negro junto a un collar del mismo color "también podría apuntar a una ofrenda al orisha Eleggua, divinidad de encrucijadas y caminos utilizado para responder a acertijos, y que a su vez es amigo de Shangó", precisó. Curiosamente, dos de sus fiestas corresponden a San Antonio de Padua celebrada el 13 de junio y San Pedro, el 29 de junio, fechas en las que podrían haberse llevado a cabo estos ritos.

Varias personas que transitan por ese camino a diario aseguraron que no se trata de algo puntual y que llevan meses viendo restos de este tipo de actos en el monte, que tienen lugar por la noche.

Sea como fuere, José Miguel Cuevas, profesor de Psicología en la Universidad de Málaga y experto en sectas, añadió que se trata de ofrendas de petición de ayuda y toma de decisiones "sin más importancia ni peligrosidad de ningún tipo", ya que "estos rituales raramente está detrás de cultos coercitivos, de coacciones o amenazas". Más bien, la santería es una creencia que recoge elementos del cristianismo y de tradiciones religiosas africanas que llegaron hasta países como Cuba, la República Dominicana y Puerto Rico en la época de la esclavitud.

Nada tienen que ver estos ritos con otros cultos sí relacionados con métodos de explotación, como el usado en algunas redes de prostitución mediante amenazas en las que se hace creer que se invocan enfermedades o la muerte si no se obedece a los captores. El también miembro de la Asociación Iberoamericana de Investigación de Abuso Psicológico, especializada en relaciones sectarias y dinámicas de abuso psicológico, dijo que "la clave la da el uso de elementos comunes en estos ritos muy prototípicos y totalmente normalizados en su cultura de origen".

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