La Guardia Civil, en el marco de la 'operación Nogales', ha desarticulado en la provincia de Málaga un grupo organizado dedicado al robo en el interior de viviendas de verano autores de más de 40 robos, deteniendo a sus cinco integrantes.

En los registros practicados se han intervenido numerosos objetos procedentes de los robos, como portátiles, móviles, joyas o relojes, así como dinero en metálico y prendas de vestir utilizadas para cometer los robos, entre otros, informa el Instituto Armado.

Las investigaciones comenzaron a principios de mayo, tras la comisión de una serie de robos en domicilios ocupados, principalmente, por turistas extranjeros, en las localidades de Nerja y Benahavís.

Tras diversas entrevistas mantenidas con los testigos, los agentes lograron localizar en Torremolinos un vehículo que coincide con los datos obtenidos de las víctimas, observándose como el copiloto es una persona que "encaja a la perfección con la descripción aportada por testigos y víctimas", por lo que se estableció un dispositivo de control que permitió la detención de los cinco integrantes de la organización".

Según la Benemérita, los integrantes de la red realizaban un "estudio minucioso" de las medidas de seguridad de las viviendas, seleccionando aquellas que se encontraban vacías en las horas centrales del día, "aprovechando las rutinas realizadas por los moradores en las vacaciones".

A continuación, actuaban por parejas, "el que iba de conductor se encargaba de la vigilancia del exterior y el jefe del grupo se encargaba de la apertura de la puerta", para una vez en el interior de la vivienda, apropiarse de teléfonos móviles de última generación, ordenadores portátiles, tabletas, bolsos, carteras, joyas, relojes y dinero en metálico, entre otros.

Para desplazarse desde Torremolinos a las urbanizaciones escogidas en otros puntos de la costa, el líder "alternaba con dos delincuentes de su plena confianza", quienes "dominaban su zona de responsabilidad", utilizando sus vehículos particulares para los desplazamientos.

Una vez cometidos los robos en las viviendas, entregaban el botín a otros dos cómplices receptadores, uno de Torremolinos y otro de Manilva, y además, la organización cambiaba continuamente de vehículos y conductores con la intención de "despistar" a los agentes.

Cabe resaltar que justo antes de comenzar el registro en el domicilio del cabecilla, otro integrante de la red que pernoctaba en la vivienda, intentó darse a la fuga saltando desde la terraza de un tercer piso hasta otra situada en una planta inferior, quedando atrapado en ella al encontrarse cerrada, por lo que tuvo que ser necesaria la actuación de los bomberos para proceder a su detención.