La nueva ordenanza de Movilidad de Málaga fija la misma sanción económica para un ciclista que circule de forma temeraria con una bicicleta que para el conductor de un coche que incurra en este mismo comportamiento. 500 euros es la cuantía a la que se eleva la multa para ambas infracciones en la normativa municipal, actualmente en periodo de exposición pública. Pero no es el único caso en que llama la atención la consideración que reciben los usuarios de la bici. Siempre según el documento oficial, hacer competiciones de velocidad sin autorización para ello merecen la misma afección económica, otros 500 euros, se vaya en bici o en un automóvil.

Son dos de los elementos más relevantes de cuantos se incluyen en la ordenanza y que ya ha generado el malestar del principal colectivo ciclista de la provincia, Ruedas Redondas, que ha formulado varias alegaciones al texto, incluyendo algunas relativas a lo elevado de las sanciones planteadas. Del análisis de la normativa destaca el hecho de que de las siete infracciones que reciben la catalogación de muy graves, cuatro tienen como protagonista la bicicleta. Las otras tres aluden a la conducción temeraria de un automóvil, a las competiciones de velocidad sin permiso y a la instalación, retirada o traslado de señales de circulación. Ello dentro de un anexo que integra 129 tipos de infracción y sus correspondientes penalizaciones, de las que 58 son graves y 64 leves.

El concejal de Movilidad, Raúl López, justificó la equiparación que se hace entre estas infracciones a que lo que se ha hecho es recoger lo expuesto en el Reglamento de Circulación. Sin embargo, no todas las urbes españolas han copiado el comportamiento de Málaga, puesto que hay ayuntamientos que han aplicado niveles de sanciones muy distintos. El caso más concreto es el de Sevilla, donde la normativa acota las sanciones posibles, en función de su gravedad, a entre 30 y 70 euros, muy lejos del tope máximo previsto en la capital de la Costa del Sol.

En San Sebastián, el marco que regula la circulación en la ciudad dista igualmente del procedimiento seguido en Málaga. Su normativa elude equiparar como muy grave cualquier comportamiento de los ciclistas. De hecho, sólo una infracciones está tipificada de este modo, con sanciones de entre 300 y 600 euros. La misma se corresponde con los vehículos a motor que circulen por aceras, zonas peatonales y vías ciclistas de forma temeraria.

"Hemos entendido, desde la Policía Local y Movilidad que lo lógico era seguir las directrices que se marcan a nivel nacional", explica López. Pero, ¿es razonable equiparar una acción temeraria en una bici a la de un coche? "Evidentemente las secuelas que puede provocar un coche en sentido contrario no son las mismas que las de una bici", admitió el edil del PP, que, a modo de explicación, detalló lo que una señora mayor le dijo cuando paseaba por el paseo marítimo: "Me dijo que si una bici le da un golpe a una persona joven, posiblemente no le pasará nada, pero si se lo daban a ella podría romperse la cadera". "Las conductas temerarias en un vehículo hay que sancionarlas", insistió.

De lo que se olvida la ordenanza, según deja constancia Ruedas Redondas en sus alegaciones, es de incorporar sanciones contra comportamientos que afectan a los ciclistas, caso del estacionamiento de motos en zonas habilitadas para bicis; no respetar la preferencia de los ciclistas en las intersecciones por parte de los coches y motos, y no guardar la distancia de seguridad con la bicicleta por parte de motos y coches.

No parece que el asunto de las cuantías de las multas vaya a ser objeto de excesiva discusión en el periodo de información pública. López sí se abrió a analizar con mayor amplitud de miras ciertas peticiones relativas al enganche de las bicis en el mobiliario público, algo igualmente sancionado con 60 euros. Sobre ello habló de la posibilidad de tener en cuenta si la colocación de las bicis supone un riesgo para los peatones o para el resto de la circulación.

Ruedas Redondas critica que no se haya consultado a los conductores, peatones y ciclistas para la mejora del texto antes de su aprobación inicial y que no se haya esperado a conocer el nuevo Reglamento de Circulación. Asimismo, se quejan de que se adapte la ordenanza, al menos en lo que a las bicis se refiere, cuando ni siquiera se ha aprobado aún el Plan de Movilidad Sostenible, estancado desde hace años.

En el apartado de alegaciones, cuestionan, por ejemplo, que se impida la circulación de las bicis por los carriles-bus, lo que obliga a los usuarios a "ir en el segundo carril, entre el autobús y los demás vehículos, con mucho peligro para los ciclistas", y que se prohiba ir con auriculares o ir contrasentido. No parece que la posición municipal sea favorable a estas peticiones, según dijo López, que sí se mostró abierto a la posibilidad de revisar la prohibición de enganchar las bicis a mobiliario urbano o árboles.