Málaga

Un pez para compaginar con la agricultura

  • El Aula del Mar lidera el primer criadero de España de tilapia, una especie similar a la dorada o el besugo

Es después de la carpa china la segunda especie que antes se aclimató a la cautividad. En países de Asia y Suramérica, la tilapia forma parte de su gastronomía más tradicional y ya los egipcios y los romanos las incluían en sus platos. Su textura y sabor, incluso su forma, muy similar a la de una dorada, un sargo o un besugo por su pasado marino, la convierten en una especie comercial altamente competitiva y el Aula del Mar de Málaga se propuso hace ya años demostrarlo.

Tras unos primeros trabajos publicados por el Gobierno central en 2001 sobre la idoneidad del cultivo de tilapia en España y en 2003 la inclusión desde la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía de la tilapia como especie potencial de cultivo para comunidad, fue cuando el equipo científico del Aula del Mar de Málaga, dirigido por Juan Antonio López, decidió poner en marcha, con la colaboración de la Universidad de Málaga y el Centro Andaluz de Innovación Agroalimentaria, un proyecto de reproducción y cría de tilapias.

Todo comenzó a través de realizar cruces naturales entre varias de estas especies para conseguir un híbrido adaptado a las condiciones climáticas andaluzas, ya que procede originariamente de los países bañados por el río Nilo.

Después de mucho trabajo, el coordinador del proyecto aseguró que este año ya se han obtenido las primeras producciones de alevines de tilapia, que “se están suministrando a pequeños emprendedores que están interesados comenzar iniciativas empresariales de engorde”. De hecho, desde el año pasado existe una piscifactoría en Adamuz (Córdoba), asesorada desde sus inicios por los especialistas de Aula del Mar, que distribuye tilapia fresca a nivel nacional, con clientes como la cadena Carrefour.

Lo que persigue el proyecto, es además de encontrar un hueco en el mercado para esta especie, es ofrecer a los agricultores la posibilidad de cultivar la tilapia en las balsas de reserva o depósitos de agua que utilizan para el riego de sus cultivos. “Sería una forma de rentabilizar la agricultura sin prácticamente coste y de obtener abono natural de los peces para los cultivos”, explicó López.

La idea de buscar una alternativa surgió debido a que los cultivos de los llamados perciformes marinos, como el besugo, breca, dorada, corvina, lubina, mero o rape, son extremadamente largos desde el punto de vista industrial. Por término medio el proceso de engorde hasta llegar a tamaños comerciales de estas especies supera los 18 meses, y en términos globales desde la reproducción hasta la talla comercial (400-600 gramos) supera con creces los dos años, casi tres en muchas ocasiones.

La especie alternativa tilapia, en cambio, se reproduce continuamente en condiciones apropiadas y alcanza la madurez sexual con apenas 10 centímetros, prácticamente en tres meses desde su nacimiento. Además, su crecimiento es superior y puede llegar en muchos casos a un peso de más de 800 gramos en siete o nueve meses, lo que la hace más rentable. También su cría es más barata con respecto a los perciformes marinos, cuya alimentación en las fases larvarias es muy costosa debido a la necesidad de emplear alimento vivo enriquecido durante más de 220 días. En el caso de las tilapias, esta alimentación es menor a una semana e incluso se puede prescindir de ella.

Por si fuera poco, el coordinador del proyecto señaló que las tilapias son “muy resistentes en el medio de cultivo, tienen muchas menos patologías incluso la adaptación al medio marino hace que los patógenos usuales no existan”. De cara a su comercialización existe una mayor posibilidad de fileteado en tilapia frente a la dorada o la lubina, por ejemplo, por razones obvias de precio por unidad cultivable y en cuanto a la posibilidad de ofrecer productos ecológicos por el abaratamiento de las materias primas utilizadas en la elaboración de piensos, indicó.

El proyecto se inició mediante una línea de subvención de la Agencia IDEA, dependiente de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, y con la colaboración del Ayuntamiento de Torrox, donde se ubican las instalaciones de cultivo. Tras unos buenos resultados a escala laboratorio, en 2010 se solicitó otra línea de subvención, a través de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía y los fondos comunitarios para inversiones productivas y modernización de instalaciones de acuicultura continental, para la creación del primer criadero industrial de tilapia en España.

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