Málaga

El proyecto para buscar gas en la costa oriental supera su primer trámite

  • La empresa CNWL Oil ha presentado esta semana el plan a cinco municipios

El proyecto de la multinacional canadiense CNWL Oil para buscar gas en el mar de Alborán, frente a las costas de las provincias de Málaga, Granada y Almería, ha superado su primer trámite administrativo. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo ya dispone de las alegaciones documentadas al estudio de impacto ambiental presentado por la empresa para poder llevar a cabo la campaña geofísica que permitirá determinar la existencia o no de yacimientos de gas en la zona. La documentación será remitida en breve al Ministerio de Medio Ambiente que es el que deberá emitir la declaración de impacto ambiental favorable o no para realizar esta primera fase de exploración.

Según pudo saber este periódico, la delegación de Industria de la Subdelegación del Gobierno en Granada, encargada de aunar el total de las alegaciones presentadas al proyecto en las tres provincias, envió al final de la semana pasada las alrededor de 50 alegaciones presentadas, una vez contestadas por la empresa que se ha encontrado con la oposición de algunas instituciones, entidades y particulares.

El periodo de información pública del estudio de impacto ambiental terminó con las alegaciones de la Junta de Andalucía, varias asociaciones ecologistas y ayuntamientos como los de Nerja, Motril, Salobreña y Roquetas de Mar.

Precisamente, la compañía canadiense ha llevado a cabo esta semana una ronda de encuentros con los alcaldes y concejales de algunos de los ayuntamientos implicados en el proyecto de búsqueda de gas en la costa oriental andaluza para explicarles de primera mano los pormenores técnicos y ambientales de la primera fase.

Ya el pasado año, representantes de la multinacional se reunieron con los ayuntamientos de Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga, en la provincia de Málaga y Almuñécar, Motril y Adra, en Granada. En esta ocasión ha sido el turno de los municipios de Torrox, Nerja, Salobreña, Roquetas de Mar y El Ejido.

A diferencia de Repsol, que lleva casi diez años en busca de gas en la Costa del Sol occidental, la multinacional sí ha tenido que realizar un estudio de impacto ambiental en esta primera fase del proyecto de investigación llamado Chinook, cuyos permisos fueron concedidos por el Gobierno central en 2010 pese a que fueron solicitados cuatro años antes. Un cambio de la legislación el año pasado obligó a la canadiense a tener que presentar este estudio simplemente para poder realizar el barrido de los fondos marinos mediante un sonar.

Si finalmente se autoriza esta prueba, se recogerán datos sísmicos en tres dimensiones en un área de 1.189 kilómetros cuadrados con el objetivo de determinar la estructura geológica del subsuelo marino y su potencial en recursos de gas natural, que no petróleo. La empresa tuvo que reducir la superficie de estudio y alejarla a un mínimo de 17 kilómetros de la costa, además de renunciar a la obtención de datos en dos dimensiones. Además, no podrá hacer la campaña en invierno para no afectar a las ballenas.

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