Casi siete de cada diez malagueños en edad de trabajar y con menos de 25 años están en el paro. Es un volumen ingente, tajante y desesperanzador para la economía provincial, pero es el que refleja de forma oficial la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística. Málaga, con un 68,24%, tiene la tercera mayor tasa de paro juvenil de España, siendo solo superada en el tercer trimestre del año por otras dos provincias andaluzas -Córdoba y Sevilla- y supone 14 puntos más que la media nacional, que ya de por sí da vértigo pues está en el 54,3%, una de las más altas de Europa.

La buena noticia es que, al ser el último dato disponible el del tercer trimestre, la tasa de paro juvenil descendió ligeramente porque muchos jóvenes encontraron en verano algún empleo en bares, heladerías, piscinas, etcétera. Es decir, en el primer trimestre de este año se llegó a superar el 71%. El empleo, al menos el declarado, nunca ha sido lo mejor de esta provincia. El paro, como en el resto del conjunto andaluz, siempre ha estado por las nubes al tener una economía basada en la temporalidad y los servicios. No obstante, pese a todo eso, la tasa de paro juvenil en el verano de 2008, al inicio de la crisis, era del 28,6% en Málaga. Menos de la mitad.

El INE entiende que los mayores de 16 años están en edad de trabajar y, por tanto, se les incluye en la población activa. Obviamente, miles de esos jóvenes hasta los 25 años están estudiando y no están buscando un empleo. Sin embargo, también hay otros miles de personas que sí quieren trabajar y que no pueden hacerlo, sobre todo en la construcción, por la coyuntura económica actual.

Los empresarios señalan por activa y por pasiva que tanto Málaga como España tienen la generación de jóvenes más preparada de la historia -carreras universitarias, idiomas, máster- pero reconocen, a la vez, que es la que más difícil va a tener encontrar un empleo digno, como demuestra el índice de tasa de paro juvenil. Las becas de escasa cuantía o directamente gratuitas o buscarse la vida en el extranjero son las salidas que están adoptando numerosos jóvenes malagueños para intentar ir creando su propio futuro profesional.

"Esa tasa de paro juvenil produce una preocupación grandísima y por eso estamos esperando que Málaga sea de las primeras provincias en salir de la crisis. Estamos en el fondo del pozo, pero confiamos en que en 2014 pueda cambiar esta situación", afirma Juan Carlos Robles, decano del Colegio de Economistas de Málaga.

Encontrar un puesto de trabajo no es nada fácil en estos momentos. Ni para los jóvenes ni para nadie. No obstante, ser joven sí es una ventaja para obtener puntos con los que acceder a determinados cursos o talleres de formación que imparten las instituciones públicas como el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE) o la Junta de Andalucía.

Tener una formación profesional o una carrera puede ayudar pero, entre el aluvión de currículos que reciben las empresas, hay que intentar distinguirse de los demás por el contenido o por el continente, es decir, por los conocimientos adquiridos o por la forma de presentarlos. En el IMFE, por ejemplo, los ciudadanos pueden hacer cursos on line sobre prevención de riesgos laborales, entorno 2.0 o e-learning y, a través del Aula Mentor, se ofrece formación especializada desde informática hasta energía o ecología con un coste de 48 euros. Recientemente, además, impartieron un taller entre jóvenes sobre cómo encontrar empleo a través de las redes sociales.

Otra opción que eligen cada vez más los jóvenes parados es crear su propia empresa, como señala el termómetro del emprendedor elaborado por la Asociación de Jóvenes Empresarios, aunque el autoempleo no es nada sencillo y muchos fracasan.