El orgullo de haber luchado y superado una historia de desigualdades, de haber integrado las diferencias sexuales en la vida diaria, de haber logrado la equiparación de derechos... Y una advertencia: el camino que queda por recorrer. El colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de Málaga celebró ayer, a lo largo de todo el día y de una punta a otra de la provincia, el Día del Orgullo Gay.

La visibilidad y aceptación de la mujer lesbiana, doblemente discriminada por su condición de mujer y homosexual, y la denuncia sobre la homofobia que se vive en los países árabes del Mediterráneo fueron los lemas elegidos por las dos principales asociaciones de gays y lesbianas de Málaga Ojalá y Colega.

Ojalá, que ha tenido una semana repleta de actividades con jornadas en la Universidad de Málaga y diferentes locales de Torremolinos, cerró ayer el Día del Orgullo Gay por todo lo alto. A las seis de la tarde entregó en el hotel El Pinar los premios a las personas que más han hecho por la visibilidad del colectivo. Los galardones fueron a parar al humorista Jorge Cadaval, de Los Morancos, a la cantautora Inma Serrano, que se ha convertido en la primera artista española que ha reconocido su orientación sexual, y a la presidenta de la asociación de transexuales de Andalucía, Mar Cambrollé.

La fiesta continuó en la plaza de La Nogalera de Torremolinos, desde donde arrancó la manifestación de carácter festivo, que congregó a unas 500 personas procedentes de los rincones más diversos de España y Europa.

Antes, se proyectaron al aire libre cortometrajes con contenidos que abordaron desde diferentes puntos de vista los mundos gay, lésbico, bisexual o transexual.

Ayer, Torremolinos se convirtió en una fiesta, donde a las banderas de España que cuelgan de los balcones por la final de la Eurocopa, se unieron las del arco iris que simbolizan la diversidad del colectivo gay.

La asociación Colega se fue hasta la playa de La Malagueta, donde instaló un armario gigante, como símbolo para denunciar los problemas a los que se siguen enfrentando a diario las personas homosexuales en el mundo, sobre todo, en los países del Mediterráneo como Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Siria o Líbano, donde una práctica homosexual es un delito.