El papel dejará paso a la pantalla táctil, los tradicionales libros de texto quedarán relegados por el material didáctico en formato digital y la información será atesorada en algo menos de diez pulgadas. En el colegio Salliver de Fuengirola han apostado por la implantación del iPad a partir de 5º de Primaria hasta Bachillerato y el próximo curso comenzarán un proyecto en el que ya llevan dos años trabajando. Consideran que la aplicación en el aula de las nuevas tecnologías tiene grandes ventajas para los alumnos, "que son nativos digitales", y los padres valoran muy positivamente la medida, a pesar de que son ellos los que tendrán que hacerse cargo del coste de la tablet, unos 650 euros.

Según explica José Julio Revilla, vicedirector de este centro privado, la implantación se hará progresiva y en cuatro años los ocho cursos dispondrán de iPads para el desarrollo de todas las materias troncales. "Apostamos por Apple porque es la empresa que más recursos tiene generados en el ámbito educativo", comenta el vicedirector. Revilla apunta que "la tableta favorece un tipo de aprendizaje por el que el colegio ha apostado en los últimos años, que es el aprendizaje cooperativo y esto va a permitir crear redes de aprendizaje, vía redes sociales u otras plataformas como Dropbox, que puedan trabajar dentro de su grupo clase".

Los contenidos digitales los proporcionará la editorial Vicen Vives y los docentes ya están trabajando en "el diseño pedagógico en cada una de las áreas", según señala el vicedirector del centro. Esta herramienta "va a posibilitar estrategias como el aprendizaje invertido, el profesor puede hacer una grabación de la explicación y los niños preparan la clase a partir de ahí, se pretende que el docente sea una guía del aprendizaje más que un transmisor de conocimiento y que sean los propios alumnos los que lean información, la analicen desde un punto de vista crítico, se pretende provocar el propio aprendizaje bajo la supervisión del profesor", subraya Revilla.

Como "beneficio colateral" está también el que la mochila de los alumnos pese sustancialmente menos y que tengan que transportar tan sólo el dispositivo electrónico desde el colegio hasta casa y viceversa. Además, los libros digitales tienen una plataforma de actividades que permitirá a los escolares hacer ejercicios en casa vía on line, pruebas que se autoevalúan para que ellos mismos puedan ver sus resultados.

El dispositivo será propiedad del alumno, no permanecerá en el centro sino que irá con el alumno a casa, por lo que tendrá que ser adquirido por la familia. "Vamos a impulsar una fórmula de renting para amortiguar el impacto económico de la compra del dispositivo, por lo que algunas familias podrían pagar un alquiler con derecho a compra". Los progenitores tendrán que adquirir iPad Air de 16 gigas con wifi, con seguro de rotura y robo y con financiación a 3 años costará a las familias unos 650 euros. En cuanto a los libros, en vez de comprarlos en papel, pagarán una licencia digital.

"Es una apuesta de centro, creemos que puede constituir una ventaja significativa en el proceso de aprendizaje, desde el colegio llevamos dos años haciendo un estudio de situación, viendo los puntos favor y en contra y las ventajas los superan con creces", considera el vicedirector del Salliver. Los padres quieren, incluso, que la implantación se acelere y ahora en lo que se trabaja es en dotar las clases de contenido pedagógico.