Off the record

A golpe de BOJA

  • En Izquierda Unida creen que la presidenta no debió intervenir en el conflicto de la corrala la Utopía. La trifulca entre los dos socios de gobierno en la Junta tiene un gran beneficiado: el PP.

HA sido como matar moscas a cañonazos". Así resumía en conversación con este periódico un importante dirigente de Izquierda Unida el episodio de la corrala la Utopía y el desenlace. La razón es que defienden que se trataba de un conflicto menor, que la orden de realojo de los desahuciados ni siquiera tenía rango de firma para un consejero así que menos aún debía entrar de lleno en la discusión la presidenta.

Aunque son muchos los que vaticinan que el encontronazo es el preludio de unas elecciones que habrá que anticipar al otoño, en IU la opinión que se maneja es la contraria: si Susana Díaz ha desistido de llamar a las urnas cuando ya tenía la excusa perfecta, no tendría sentido que se diera pie a visualizar una nueva trifulca entre los dos socios porque sólo beneficiaría al PP, al que entienden ya han favorecido con este primer desencuentro.

Izquierda Unida siempre ha sido un conglomerado heterogéneo con el que dar satisfacción a múltiples minorías. Confían en que esas pequeñas sumas darán como resultado final una coalición con una fuerza global, pero les sería imposible contentar a todas en el hipotético caso de alcanzar el gobierno. Algo que no preocupaba hasta ahora porque en el fondo esa opción siempre se presentaba remota. Un partido concebido casi para permanecer en la oposición y para ejercer de conciencia crítica de la izquierda. Para ocupar los espacios que el PSOE sacrifica en su ala para buscar al electorado moderado del centro.

Pero dio el paso de entrar en el ejecutivo en el peor momento económico de la democracia y cuando la desigualdad alcanza cotas insostenibles, todas tus bisagras han chirriado por el temor a ser cómplice activo y pasivo de todo aquello que ha denunciado durante años. A no ser que tranquilices tu conciencia política con el principal principio del pragmatismo: "Si no estuviera dentro del Gobierno aun sería peor para los ciudadanos más débiles".

Porque resulta incoherente participar institucionalmente en un sistema en el que en realidad no creen. A no ser que se propongan dinamitarlo desde dentro, algo impensable sin disponer de los recursos para hacerlo. Así que complacer a esas dos almas antagónicas es imposible. Claro que cuando se toca el poder de los despachos es difícil volver a calentar las gargantas en la calle con los megáfonos. El problema es que PSOE e IU en realidad son como el agua y el aceite.

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