Málaga

Vidas cruzadas, vidas salvadas

  • El Regional es el hospital de la comunidad autónoma que más trasplantes renales cruzados hizo en 2013

Hay siete familias malagueñas a las que un avance médico les ha cambiado la vida. Y para bien. Son aquellas que se han beneficiado de un trasplante renal cruzado, una técnica que el Hospital Regional incorporó en 2012 y de la que ya ha hecho justamente ese número de intervenciones. Uno en ese año, cinco en 2013 y otro en lo que va de 2014.

Estas operaciones surgieron como casi todo en Medicina: como respuesta a un problema. Ante un enfermo renal que necesitaba un trasplante cada vez en más ocasiones hay un familiar dispuesto a donarle en vida un riñón. Pero a veces, esa donación directa no es posible por incompatibilidad. Hasta 2012, los pacientes renales que tenían a un hermano, una madre o una pareja dispuestos a donarle un riñón pero incompatible tenían que seguir en diálisis hasta que llegara una donación de cadáver. El trasplante cruzado vino a añadir una solución para estos enfermos. La técnica consiste en cruzar -de ahí su nombre- parejas de donante-receptor de toda España que aunque no se conozcan tengan el mismo problema y sean compatibles. Así, el donante da su órgano a un desconocido, pero el familiar de éste dona su riñón, por ejemplo, a su hermano del primero. Son vidas cruzadas y vidas salvadas.

"La donación cruzada es una opción más para intentar dar salud a personas que tienen muchas dificultades [para un trasplante]", explica el coordinador de Trasplantes de Málaga, Miguel Ángel Frutos. Antes, esas donaciones de vivo se perdían por incompatibilidad y los enfermos debían seguir esperando en diálisis hasta que llegara un riñón de donante cadáver. Ahora, cada tres meses, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) hace cruces entre parejas de donante-receptor. Así, en España se han hecho ya 41 trasplantes renales cruzados. Los cinco realizados en el Regional en 2013 lo sitúan como el primer hospital de la comunidad autónoma en esta técnica y el tercero a nivel nacional después del Clinic y el Puigvert, en Barcelona. El año pasado se llevaron a cabo tres de estos trasplantes en el Puerta del Mar, de Cádiz, y uno en el Virgen del Rocío, de Sevilla. Las donaciones pueden ser cruzando dos o tres parejas. El Regional ha hecho cuatro trasplantes en cadena de dos y tres en cadena de tres.

Cuando una pareja de donante-receptor es incompatible, los profesionales le informan de la existencia del trasplante cruzado. Si aceptan esta opción, trimestralmente, la ONT hace cruces virtuales mediante un programa informático para intentar hallar donantes compatibles para cada paciente. Cuando el resultado es positivo, se hace un estudio más detallado que incluye el cruce real de las sangres de los potenciales donante y receptor. En una cuarta parte de los casos, esta prueba obliga a descartar la donación. "Las familias lo viven con ansiedad y, si se descarta al donante, con frustración", explica Frutos.

Pero asegurar la compatibilidad es esencial para garantizar el éxito del trasplante. De lo contrario, el receptor recibirá un riñón que rechazará y todo el esfuerzo no habrá servido para nada.

Pero la seguridad clínica no es la única preocupación de los profesionales. También la jurídica. Para ello, se aseguran que el donante que está dispuesto a dar en vida un riñón a un enfermo renal es realmente su familiar o su amigo y que lo hace por razones estrictamente afectivas y altruistas, no por una contraprestación económica. Además, las donaciones renales de vivo requieren la intervención de un juez que añade una garantía al proceso.

Otra característica de estas operaciones es que los donantes de que se cruzan entran al mismo tiempo en quirófano. La extracción de ambos órganos es simultánea. Así, no hay posibilidad de que ninguno se eche atrás.

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