Bernardo herrera imbroda. Urólogo

"Internet ha hecho daño a la Medicina; no todas las páginas tienen rigor"

  • Este urólogo del Hospital Clínico no ve con malos ojos un Metro en superficie, pero cree que es imperdonable que el proyecto del suburbano no conecte a la ciudad con el Parque Tecnológico

Bernardo Herrera Imbroda trabaja como urólogo en el Clínico y es investigador del Instituto Biomédica de Málaga (Ibima). Su sueño es algún día crear uretras artificiales y predecir la agresividad de los tumores de próstata para tratar mejor a los pacientes. Para ello, no solo investiga después de su jornada laboral, sino que hasta se mete a organizar torneos de pádel y otros eventos culturales con que los recaudar fondos para su grupo de investigación.

-¿Usted se volvió en un momento en el que todos se iban? ¿Está un poco loco? ¿Se arrepiente?

-[Risas] Sí, me he vuelto en un momento en el que todos se iban, pero no me arrepiento. Me podía haber quedado para desarrollar un proyecto de investigación para la creación de uretras artificiales. Pero a mí me hacía ilusión volver a mi tierra a investigar en el lugar en el que me había formado. Hemos tenido que crecer [como grupo de investigación] en un momento de plena crisis, lo que nos ha obligado a buscar otras estrategias. De momento, no me arrepiento.

-Me han dicho que hasta organiza torneos de pádel para buscar fondos para investigación...

-[Risas] Sí. Tanto a nivel autonómico como nacional ha habido un recorte presupuestario muy importante de los programas de I+D+i que financian la investigación. Estos recortes han afectado a los recursos humanos. Tengo compañeros que han tenido que emigrar. Ante esta situación, nosotros buscamos dos estrategias, emulando el modelo americano. Una es involucrar al tejido empresarial, al sector privado. Otra es crear un programa de patrocinio y mecenazgo social. Estamos trabajando en un patrocinio social ligado a deportes y cultura. Planificamos realizar eventos sociales ligados al deporte y la cultura para recaudar fondos.

-En resumen trabaja de urólogo, luego de investigador y en sus ratos libres busca fondos...

-[Vuelve a reírse] Hago lo que puedo para recaudar fondos para investigar.

-¿Cómo diría que es la realidad del investigador?

-Es muy triste la realidad del investigador. Nos gustaría que hubiera más financiación pública para desarrollar nuestros proyectos. Pero hay dos opciones: nos quedamos sentados o buscar otras estrategias. Desgraciadamente hay que buscar otras estrategias. Yo tengo ilusión. Nuestras líneas de investigación son emergentes. Nosotros empezamos a trabajar [en investigación] hace un par de años. Empezamos por una línea y ahora tenemos varias. Tienes por lo menos la ilusión de que has sabido crecer y desarrollarte en tiempos de crisis.

-¿Como ve la situación de la investigación?

-Está retrocediendo porque estamos perdiendo el mayor capital científico que es el capital humano, por la emigración. La fuga de cerebros... Somos pocos los que no nos marchamos. Pero además, cuando alguno consigue un resultado exitoso de su investigación, acude una oferta extranjera que es mejor que la de España y la gente se va; porque la gente quiere progresar profesionalmente y se va.

-¿Y en qué se falla en España?

-En mi opinión, no existe una cultura hospitalaria de que los profesionales asistenciales adquieran en su labor diaria un perfil investigador. Esta cultura aquí no está impregnada, como lo está en Estados Unidos. Allí hay un vínculo absoluto entre las universidades, los centros hospitalarios y los de investigación. Con lo cual existe una cultura de fomentar la investigación, generar productos y que vengan las empresas y a su vez generen mejoras en la salud y un retorno significativo. Aquí, el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) precisamente está intentando fomentar la integración de todo esto; la universidad, los centros investigadores, los hospitales y el tejido empresarial.

-¿Siendo investigador se siente un quijote?

-[Más risas] En cierta manera sí. Me siento luchando contra los tiempos que vivimos para desarrollar los objetivos porque la situación no es fácil.

-¿Usted volvió para estar contratado eventual al 75%? ¿Y lo prefirió a seguir en Estados Unidos?

-[Vuelve a reír a carcajadas] Yo he tenido que elegir entre tener una mejor contratación profesional [en EEUU] o desarrollar lo que me gustaba, en el sitio donde me gustaba y donde me hacía ilusión hacerlo.

-¿Cómo ve los contratos al 75%?

-Ha generado desmotivación en el sector sanitario en general. Negarlo es absurdo. Pero nosotros tenemos una profesión en la que no te puedes dejar llevar por esta situación porque nos debemos a la salud de los pacientes y tienes que hacer tu trabajo del día a día lo mejor posible. De tu decisión depende la salud de las personas. Yo he visto compañeros míos que han emigrado y ya no hablo de investigación, sino de compañeros médicos que se han marchado a ejercer a otros países.

-¿En qué proyectos de investigación está metido?

-Hay dos líneas. Una de medicina regenerativa en Urología y otro de Oncología sobre el cáncer de próstata. En el de medicina regenerativa estamos generando uretras artificiales para, en un futuro, poder trasplantar estos tejidos en pacientes con estrechamientos complejos y otro para la regeneración mediante células del esfínter urinario para tratar la incontinencia. En Oncología, estamos tratando de identificar la agresividad de los tumores de próstata porque eso evitaría el sobretratamiento. Así podríamos seleccionar pacientes candidatos a tratarse o a no tratarse.

-¿La Unión Europea apoya la investigación?

-Andalucía y España han pegado un recorte importante en el presupuesto de I+D+i. En cambio, la Comisión Europea no; incluso ha incrementado el dinero que va a dar para investigación e innovación porque la inversión en I+D+i está directamente relacionada con el PIB. Así pretenden reactivar la economía. Para el proyecto de Oncología en el que participan 18 hospitales españoles y seis países hemos solicitado seis millones de euros. Estamos esperando la resolución. Son mil millones de pesetas, pero para seis países en cinco años. Contestan en agosto. Es una nueva estrategia, ir a fondos europeos, salir de España. Ir a fondos europeos porque Europa sí ha entendido que no debemos disminuir el aporte a investigación, sino incrementarlo. Esto Europa lo ha entendido perfectamente y ha abierto el programa este año con más dinero incluso que el anterior.

-¿En los proyectos que estáis habéis tenido algún logro?

-Todavía estamos en fase de investigación. Nos hemos constituido [como grupo de investigación de Urología] hace poco más de un año. El grupo es de los dos hospitales, el Regional y el Clínico.

-¿Qué debe hacer un hombre para cuidar su próstata?

-No tiene que tener un cuidado especial más que llevar una vida sana. Y debe acudir al urólogo en dos situaciones. Una, si tiene antecedentes familiares de cáncer de próstata para hacerse una revisión. Otra, cuando note molestias al orinar.

-¿Le han agredido alguna vez en su trabajo?

-No. Creo que las agresiones en el ámbito sanitario deben tipificarse como delito penal. Veo que cada vez hay más crispación, que se duda de la profesionalidad de los sanitarios. La decisión profesional del médico muchas veces se cuestiona de manera innecesaria o indebida porque nosotros no estamos para imponer nuestra decisión, sino para aconsejar.

-¿Tanta consulta de los pacientes en internet para saber sobre sus dolencias repercute en el trabajo de los sanitarios?

-Internet ha hecho mucho daño a la Medicina. Es muy difícil explicarle a los pacientes algo que han leído en internet, que han entendido a su manera y que ahora hay que destruirle la información que ellos han integrado. Primero que no todas las páginas de internet tienen el rigor que tienen que tener y no todo el mundo entiende bien lo que pone internet. Además, internet es una puerta para lo que nosotros llamamos tratamientos experimentales. Internet puede ser una puerta comercial. A veces hay que desmontarle al paciente su idea; explicarle que un tratamiento no tiene fundamento científico, que es experimental y no se hace en los hospitales de una manera reglada.

-El Metro ¿soterrado o en superficie?

-Me gusta en superficie. Lo he visto en otras capitales europeas. Por ejemplo, Berlín tiene Metro en superficie y tranvía y es precioso. Puedes ir viendo la ciudad y funciona extraordinariamente bien. Lo que no entiendo es que la línea que llega a Teatinos no llegue hasta el Parque Tecnológico. Málaga se merece que el Metro llegue al PTA, que el Parque Tecnológico esté comunicado con la ciudad.

-Ha vivido fuera, ¿cómo ve a Málaga?

-Málaga la veo cada día más desarrollada como ciudad. El Centro Histórico ha tenido un cambio sustancial. Me he venido a vivir al Centro y soy un enamorado del Centro. Ha mejorado muchísimo. Málaga se ha convertido en la ciudad más internacional de Andalucía. El desarrollo del PTA, la nueva terminal, el Málaga Valley, el Muelle Uno, el nuevo paseo marítimo la ha convertido en ciudad de atractivo internacional.

-¿Y cuál es su punto débil?

-El punto débil es el que están tratando de resolver ahora con el transporte público. Es una ciudad que debería estar mejor comunicada para no tener que estar una hora buscando aparcamiento. Poderte coger el Metro en Teatinos y que te deje en Pedregalejo a comer un domingo a mediodía en un chiringuito sin tener que estar una hora buscando aparcamiento.

-¿Demasiados casos de corrupción en los últimos años?

-Demasiados. En un viaje reciente a Estocolmo, un cubano que vive allí me decía que era una pena que con el buen clima y la buena comida que tiene España, lo que más escuchaba eran los casos de corrupción. Me sorprendió. Te alarma lo que estamos viviendo en la actualidad y sobre todo, la sensación de que parece que no pasa nada. No sé cómo serán otros países, pero no creo que en Alemania o Suecia pasen cosas al mismo nivel.

-Es urólogo de 8:00 a 15:00, investiga, organiza eventos para recaudar fondos para investigación. ¿A qué dedica el tiempo libre?

-Disfruto mucho compartiendo mi tiempo libre con mi familia y mis amigos. Me gusta darme una vueltecita por las tardes con mi novia y el perro, comer los fines de semana con familiares o amigos en un chiringuito en Pedregalejo, viajar, hacer alguna escapada a conocer algún sitio...

-Lo de comer en un chiringuito en Pedregalejo denota que es muy malagueño...

-Total, total. De hecho lo pasé muy mal cuando estuve en Estados Unidos porque allí la gente está muy centrada en un ambiente familiar, pero casero. Los días de diario, van a trabajar y cuando salen, se van a su casa. A lo mejor en Nueva York es diferente, pero en la América del día a día, entre semana, a las seis y media de la tarde allí no había vida [Risas]. No es como aquí que terminas de trabajar y por la tarde te das tu vueltecita, te vas al Muelle Uno, te despejas. Eso es algo que lo llevé fatal.

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